El voto de castigo a Laura Borràs y sus fieles, primer problema para la nueva cúpula de Junts

El secretario de Organización y otra candidata a la ejecutiva no pueden entrar en la dirección del partido, según el reglamento del congreso

Jordi Turull, Laura Borràs y Carles Puigdemont en el congreso de Junts per Catalunya (junts.cat)
Jordi Turull, Laura Borràs y Carles Puigdemont en el congreso de Junts per Catalunya (junts.cat).

El congreso de Junts ha servido para mostrar unión en el seno del partido de Laura Borràs y Jordi Turull, pero ha estado marcado por la baja participación y el voto de castigo a la presidenta del Parlament y sus seguidores más fieles. El reglamento del cónclave no permite entrar en la ejecutiva a los que tengan menos del 50% de apoyos. Por ello, quedarían fuera de la dirección del partido el candidato a secretario de Organización, David Torrents, y la diputada Ester Vallès, que formaba parte de la única candidatura propuesta. Aurora Madaula ha conseguido hacerse con la vicepresidencia deseada porque se ha votado a los cuatro vicepresidentes en global.

De los 6.000 militantes con derecho a voto apenas el 37% ha participado en las tres votaciones previstas, a pesar de que se podía participar durante 24 horas y telemáticamente. A Torrents solo le votaron un 15% de los 6.000 militantes. Por ahora, el concejal en Badalona, ex mosso d’esquadra, que ha sido muy combativo y crítico con ERC, sigue guardando silencio.

La nueva presidenta de la formación postconvergente, Laura Borràs, que fue apoyada masivamente en las elecciones primarias para ser candidata a liderar la Generalitat, ha sido menos votada que el nuevo secretario general, Jordi Turull, y que la vicepresidenta, Anna Erra. El conseller de Economía y Hacienda, Jaume Giró, ha sido uno de los que ha recibido más votos. Tres de los más cercanos a Borràs, Francesc de Dalmases, Jaume Alonso-Cuevillas y Aurora Madaula, han conseguido un apoyo menor al de otros candidatos.

La “falsa normalidad” de ERC

En el congreso de Junts, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha acusado a Esquerra de aparentar “falsa normalidad” y “reconciliación y pacificación” y de priorizar “el bienestar de sus cuadros”. Ha asegurado que sus acciones “tienen consecuencias catastróficas para los ciudadanos” por no reconocer “el principio de realidad”.

El exsecretario general del partido, Jordi Sànchez, se ha despedido tras dejar el cargo por las críticas internas y ha arremetido contra la bandera del diálogo de ERC: “Ha llegado el momento de decir alto y claro: así no. De esta manera, no. Esto no es diálogo. Esto es humillación sistemática, continuada, permanente”. “En las condiciones actuales, como habíamos advertido, no hay ninguna posibilidad de diálogo”, ha destacado.

“No nos equivoquemos de adversarios”

La portavoz y secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, ha pedido tranquilidad a sus socios de gobierno: “No nos equivoquemos de adversarios”. Ha lamentado las críticas a Esquerra, que son los “compañeros de viaje” de Junts, con los que comparten objetivos, y ha pedido “lealtad” a sus dirigentes.

Salvador Illa, primer secretario del PSC, ha acusado a Junts de seguir “instalada en la confrontación permanente”. Ha instado a la formación postconvergente a apostar por la “colaboración y la lealtad entre instituciones”.

El líder de los socialistas catalanes ha asegurado que “en Catalunya no hay otro camino que no sea el del reencuentro y la concordia”. “Mientras algunos se recrean en los problemas, otros intentamos solucionarlos”, ha señalado el diputado, que ha culpado al PP de la falta de inversiones en Catalunya.

 

 

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