El expresidente de la Generalitat Quim Torra publica nuevo libro. Más allá de ser una republicación de su primer volumen de memorias con un añadido de la corta etapa postpandémica en el cargo, la llegada del libro le ha vuelto a los medios de comunicación para promoverlo. Y cuando uno tiene una sobreexposición mediática acaba dejando claros sus posicionamientos sobro casi todo, y más si es alguien como él, que ya no tiene ningún vínculo institucional y que no se muerde la lengua.
Los últimos días, Torra ha criticado el pacto por la reforma de la ley de política lingüística, ha cargado contra lo que considera una “voluntad autonomista” del Gobierno de ERC y Junts, se ha mostrado contrario a todos los pactos que los consejeros de JxCat y Esquerra han sellado con los ministerios a las reuniones bilaterales, ha clamado de nuevo por la vía unilateral inmediata (que él nunca pudo ni quiso aplicar) y ha cuestionado la continuidad de la mesa de diálogo que él mismo inauguró. Todo esto le ha situado en un discurso más próximo a los postulados de la CUP que a los del partido que le llevó a la presidencia. Y para remachar el clavo, ha propuesto la celebración de un nuevo referéndum de independencia en Cataluña coincidiendo con el que haga Escocia, una propuesta que la CUP ya había hecho meses atrás.
