El consejero de Salud, Josep Maria Argimon, ha pronosticado que cuando pase la sexta ola, siempre que no aparezca una nueva variante, se iniciará un nuevo método de gestión llamado «vigilancia epidemiológica reforzada«, que consistirá «en recoger muestras de diferentes puntos de Cataluña, con unas 500 o 600 personas, para ver cuáles son los virus que están circulando”. En una entrevista en RAC1, ha explicado que este cambio podría llegar a finales de marzo, y que comportará cuarentenas menos estrictas y el fin de la contabilización de los casos uno por uno.
«Si la enfermedad es fundamentalmente leve tiene poco interés contar caso a caso«, ha afirmado Argimon, que también ha insistido en que la obligatoriedad de llevar mascarilla en los espacios exteriores es una medida innecesaria que «no tiene mucho sentido», y se ha mostrado partidario de retirarla, en «primer lugar», en la escuela. El consejero ha defendido la gestión que se ha hecho en los centros educativos, y ha explicado que no se podían permitir volver a cerrarlos: «Un año más sin escuela, era imposible», ha asegurado el titular de Salud, que se ha mostrado partidario de la presencialidad y ha remarcado que «por suerte, entre niños, hay muy pocos casos que sean graves».
Argimon se ha referido también a las agresiones que sufren los profesionales de los centros sanitario, y advirtió de que están aumentando. Según ha afirmado, cada año se dan unas 1.200, «mayoritariamente son verbales» y surgen «más en la atención primaria que en los hospitales». De hecho, este jueves, tres ambulatorios de Mataró (Maresme) han aparecido con pintadas «agresivas, hablando de asesinos», mientras que en las últimas semanas, según el consejero, también se han producido agresiones verbales en el CAP de la Mina, en Sant Adrià de Besòs (Barcelonés), una de las cuales fue «más allá de lo verbal».
