La presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha aprovechado el pleno de este martes sobre la salud mental para enviar un mensaje de apoyo al secretario de la mesa y diputado de la CUP, Pau Juvillà, hoy que se ha hecho pública la sentencia del TSJC que le condena a seis meses de inhabilitación por un delito de desobediencia.
Borràs ratificó ante los diputados su compromiso de «preservar los derechos y deberes» de Juvillà y el resto de parlamentarios de la cámara ante lo que consideró un «abuso» judicial.
Su intervención ha terminado con una ovación de los diputados independentistas y con la indignación de los diputados de Ciutadans. El diputado Nacho Martín Blanco, como es habitual en varias de las intervenciones de Borràs, pidió la palabra para criticar lo que considera que es una «falta de imparcialidad» de la presidencia de la cámara.
Borràs no le ha dado la palabra pese a que Martín Blanco ha continuado gritando sin micrófono y calificando de «totalitaria» la actitud de Borràs. Tras advertirle, la presidenta le ha expulsado del pleno. El resto de diputados naranjas han intentado denunciar la conducta de la presidenta del Parlamento, pero tampoc les ha dado la palabra.
