El independentismo ha hecho un arte de hacerse fotografías “históricas”. Cada acto de propaganda ha tenido su instantánea para el recuerdo, que ha sido profusamente difundida en las redes sociales. Ahora bien, este mismo independentismo critica que lo hagan sus adversarios. E, incluso, encuentra mal las reuniones con la foto oficial, como las que se hacen en todas las grandes cumbres, sean las que sean.
En estos últimos días hemos podido ver como el presidente Pere Aragonès declinaba asistir a una cumbre de presidentes autonómicos ninguneándola diciendo que solo sería una foto. El mismo día, no obstante, Aragonés se hacía una foto en Ginebra con Marta Rovira. ¡Qué incoherencia!
En la primera foto, con el resto de presidentes autonómicos, solo había una ausencia, a pesar de que los propagandistas indepes aseguraban en las redes sociales que el lehendakari Urkullu tampoco iría, lo cual no era cierto, pues Urkullu sí que fue y allí es dónde criticó la actitud de Pedro Sánchez con los fondos europeos. Urkullu sí que cumplió con la promesa de velar por los intereses de sus conciudadanos. Aragonés, en cambio, creo que aquel día no se ganó el sueldo.
Mientras todos los presidentes estaban reunidos, Aragonés se cogió un día de vacaciones para pasear por Ginebra con Rovira. Aragonés tendría que saber, supongo que lo sabe, que recibe un salario por defender Cataluña en las mesas de negociación y decisión. Ir a ver Rovira puede quedar muy bonito y los suyos quizás difundirán la fotografía, a pesar de que esto no tenga nada de gubernamental. Solo se trata, creo yo, de una fotografía para el álbum de recuerdos personales de Aragonés paseando con Rovira por el bucólico lago Leman de Ginebra.
Mientras, Cataluña no estaba representada en la cumbre de presidentes autonómicos. Estos políticos catalanes que tantos años han tenido puesta la mirada en el País Vasco parece que no han aprendido nada de nada. Eso sí, siempre están dispuestos a posar para la fotografía. Parece que la política sea hacerse fotografías.
