Se pueden tardar meses e incluso años para que en sólo un fin de semana se crucen trabajos que de golpe sumen sinergias que se han trabajado de forma discreta durante largo tiempo. El día 2 de Julio el gobierno de la Generalitat valenciana inició un ciclo de Converses Federals, empezando por una reflexión sobre la futura organización de la organización de la gobernanza europea, y al mismo tiempo acogió, los días 3 y 4, el XXVII Congreso de la Unión de Europeístas y Federalistas bajo el lema “Nuestra Europa federal-soberana y democrática”. Súbitamente, Valencia se ha convertido en el centro del debate federal que se ha establecido entre los más de 200 delegados de las asociaciones de todos los estados europeos, reunidos virtual y presencialmente.
La primera conversación por parte del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en diálogo con Enrique Barón, presidente de la UEF de España, y expresidente del Parlamento Europeo, ya han señalado la necesidad de trabajar el gobierno compartido multinivel tanto a nivel español como europeo, poniendo en valor las diecisiete conferencias de presidentes durante la pandemia y los esfuerzos para plantar cara de forma conjunta a la pandemia.
Federar es compartir y la pandemia puso de manifiesto que las vacilaciones de los meses de Marzo y Abril de 2020, en que los estados europeos, mostraron el vergonzoso espectáculo de la competencia por mascarillas y material de suministro en los hospitales, alejaban a los estados de un futuro compartido. Los estados, que se creían soberanos y capaces de cerrar fronteras contra el virus, compraron a precios desorbitados, convirtiendo a los vecinos, en adversarios.
La reacción posterior, de la presidenta Ursula von der Leyen, con la compra masiva de vacunas y su distribución a todos los estados, con las dificultades añadidas por los incumplimientos de la industria farmacéutica, ha empezado a demostrar que otras políticas son posibles. Y que tanto la Unión Sanitaria Europea, propuesta por el eurodiputado Domènec Ruiz Devesa, como las políticas públicas destinadas a plantar cara a la destrucción de la salud y bienestar que está suponiendo el cambio climático, han venido para quedarse. Son políticas públicas transnacionales que van a exigir una nueva forma de gobernar, con gobiernos compartidos a diversos niveles.
El gobierno multinivel, el gobierno compartido, requiere cultura federal, cintura federal, voluntad federal y un cierto grado de pasión federal. Se ha comprobado la creciente desconfianza ciudadana frente a las decisiones de los políticos, por lo que un primer reto de la Europa federal es la construcción social y federal de la confianza ciudadana. En las intensas sesiones de debate, se ha puesto de manifiesto el papel que puede jugar la Conferencia para el Futuro de Europa y la necesidad de la pedagogía federal hacia la ciudadanía europea, especialmente abriendo el debate a los más jóvenes. Frente a la competición entre estados, se está imponiendo en Europa el Federalismo de la Solidaridad, y en este campo se han comprometido a trabajar las delegaciones y el nuevo Consejo Federal de la Unión de Europeístas y Federalistas elegido en este congreso.
Y aunque nos parezca nueva esta forma de gobernar, ya había sido diseñada y pensada hace años. Acabé mi intervención en las Converses Federals, recordando que Francesc Pi i Margall, escribió una carta los demócratas de Valencia, el 20 de enero de 1881, en la que reflexionando entre la relación entre municipios, provincias y estados decía: “Unimos así por la vía de relación lo que por la via interior aislamos; subordinamos unas a otras las diversas entidades políticas en lo que tienen de común, y las dejamos libres e independientes en lo que tienen de propio. No se presentará, a buen seguro, sistema de gobierno más lógico y más acomodado a la naturaleza del hombre”. Y de la mujer. Hace 140 años ya quedaba claro para el autor de la primera constitución federal, que el gobierno compartido, el gobierno de la relación, era y es la forma de gobierno más humana.
