El aspirante de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, ha afirmado en el inicio de la sesión de investidura de este jueves que se presenta «para culminar la independencia de Cataluña», que el Parlamento catalán es la sede de «la soberanía de la nación catalana» y que «el único límite que hay que fijarse es el de la voluntad popular de la ciudadanía de Cataluña».
Aragonés ha asegurado que aplicará «cambios de fondo y de forma» y que «no serán adjetivos vacíos» los que ha empleado en su planteamiento de una Generalitat con «una nueva manera de gobernar», que ha adelantado que será «ágil», «imaginativa», «transformadora», «disruptiva», «creativa» e «inconformista», que rehuirá de «una gestión gris», y centrada en cuatro ejes, que él ha llamado «banderas»: «social», «feminista «,»verde «y «democrática».
Con este último punto se ha referido a uno de los compromisos que ha reiterado, el de «hacer inevitable la amnistía y la autodeterminación». Al respecto, ha confesado que es una «obsesión» para él «superar el conflicto con el Estado», del que ha dicho que quiere abocar a «aceptar un referéndum» como el de Escocia.
El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat también ha anunciado «un nuevo modelo económico», basado en «una transformación del sistema» para «generar bienestar y prosperidad», si bien la persona que sonaba como vicepresidenta y consejera de Economía, la diputada Elsa Artadi, rechazó el cargo, y JxCat no ha decidido quién lo asumirá.
Asimismo, se ha referido a «un nuevo contrato social» basado en los derechos a la vivienda y al acceso a la energía y la conectividad, y ha marcado como prioridad hacer «más fácil, amable y feliz» la vida de los ciudadanos.
Aragonés, hasta ahora vicepresidente con funciones de presidente y ya con los números a favor para ser investido este viernes gracias al apoyo de Junts y la CUP, ha considerado que cuenta con el apoyo parlamentario «de una mayoría progresista» y ha adelantado que impulsará una intensa actividad legislativa.
Además, ha tendido la mano a los comunes para futuros entendimientos y ha agregado que aspira a un consenso más amplio que el de la investidura «a partir de la buena experiencia de los pactos nacionales», entre los que ha citado a un futuro «pacto nacional» por la lengua catalana. «Cuando hemos encontrado el punto de acuerdo, llegamos a ser imparables», ha añadido posteriormente, antes de indicar que la experiencia les avala en ese sentido.
Aragonés ha afirmado que «Cataluña necesita una sacudida» y que él quiere «abrir una nueva etapa», la de una «nueva Generalitat republicana», en la que dice que gobernará «para la Cataluña entera». De hecho, se ha comprometido a «ofrecer a la mal llamada periferia el espacio central que le corresponde en el país».
«Todos aquellos que rechazan la República catalana deben saber que la República catalana no los rechaza a ellos», ha proclamado.
