La tesorería del FC Barcelona se encuentra bajo mínimos y solo es capaz de atender los pagos urgentes y las obligaciones imprescindibles. Como consecuencia, la prevista reordenación de cargos, sustitución de ejecutivos y bajas de piezas claves del organigrama del club se está demorando. Finalmente, sin embargo, la directiva de Joan Laporta ha decidido no esperar mucho más y ofrecer vías de salida a las bajas con una indemnización a pagar a finales de junio.
No hay saldo suficiente, por ahora, para cubrir esta serie de despidos que requieren cantidades relevantes en el caso de los ejecutivos de más alto rango con los cuales se están consiguiendo acuerdos ya a un ritmo un poco más elevado que semanas atrás.
Los dos últimos ejecutivos que han firmado el finiquito han sido el director de la Oficina de Atención Barcelonista (OAB) y del área social, Pere Jansà, y el propio CEO, Òscar Grau, sin que por ahora hayan tomado su relevo de manera efectiva sus sustitutos.
En el caso de Òscar Grau se conoce la identidad del recambio, Ferran Reverte, procedente de la cúpula directiva de Mediamarkt, con sede en Alemania, de la que no se desvinculará hasta dentro de unos meses. Reverte, sin embargo, ya está dirigiendo las operaciones desde la sede de las oficinas en el Camp Nou con una dedicación a tiempo parcial.
La voluntad de Laporta es acelerar estos procesos para dar entrada a todas las personas a las cuales ha prometido un cargo o trabajo que no bajarán, según estimaciones, de 25 o 30 en esta primera fase, ampliable hasta una cifra mucho mayor. Por la misma razón de falta de recursos para ampliar la masa salarial no deportiva, la entrada de nuevos empleados también sigue a un ritmo relativamente lento porque las nóminas se han convertido en un drama cada final de mes.
De momento, bastantes de las bajas efectivas han firmado un acuerdo de conformidad que incluye el pago de las indemnizaciones de aquí a dos meses.
