Después de una semana de protestas y disturbios contra el encarcelamiento de Pablo Hasél y por la libertad de expresión, el vicepresidente en funciones de presidente, Pere Aragonès, ha comparecido para hacer un llamamiento a la calma y a «abordar el origen de los malestares «que llevan a los ciudadanos a manifestarse.
Aragonès ha iniciado el discurso reiterando el «apoyo a todos los servidores públicos que trabajan para garantizar la seguridad» y ha asegurado que si hay «actuaciones incorrectas» por parte de la policía, «se analizarán y se actuará con los procedimientos establecidos para garantizar la buena praxis».
El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat ha pedido no criminalizar a los manifestantes y ha diferenciado las movilizaciones por la libertad de Hasél los grupos minoritarios que protagonizan el pillaje y los enfrentamientos con la policía.
«El saqueo de un comercio, quemar mobiliario urbano o el enfrentamiento con trabajadores públicos no son libertad de expresión», ha afirmado. También pide que las manifestaciones sean pacíficas.
Sobre el modelo de orden público en Cataluña, Aragonés ha insistido en que este debate se debe tener en el Parlamento, «con serenidad y no en caliente». Por eso ha pedido que no se convierta en un «pim-pam-pum político». Eso sí, se mostró partidario de mantener un cuerpo especializado como la Brimo y que tenga material para estos casos, en referencia al uso del foam por parte de los antidisturbios.
