Los nervios por ir por delante de los demás empiezan a jugar malas pasadas. Ha bastado que uno de los candidatos más inseguros y compulsivos proyectara salidas este fin de semana e incluso antes, ayer mismo, para que uno y otro se lanzaran a organizar encuentros con socios. Es el caso de Joan Laporta y de Víctor Font que han sentido el impulso inevitable de salir de gira cuando la realidad es que al menos hasta el día 21 de febrero próximo la normativa sanitaria impide cruzar los límites comarcales para aquellas actividades no consideradas esenciales. La campaña electoral del Barça no lo es en ningún caso.
En el ámbito territorial y de movilidad en Catalunya está restringida la entrada y salida sin motivo justificado y se ha decretado un confinamiento comarcal limitado a la entrada y salida de cada comarca.
Aun así, ambos candidatos quieren salir y saltarse las limitaciones y, lo que es peor, convocar a socios en lugares cerrados y en un número superior a las seis personas, algo que también está expresamente prohibido, tanto en el ámbito público como en el privado, excepto que se trate de convivientes y que no se superen dos burbujas de convivencia. Al contrario, las instrucciones del Procicat son la de reducir los contactos sociales diarios para evitar la multiplicación de posibles cadenas de transmisión.
Nada de esto importa. Font y Laporta se han empeñado en saltarse las reglas como es habitual en sus respectivas campañas sin tener en cuenta que, de forma pública, van a desobedecer las consignas de los responsables de salud del país. Ayer mismo Laporta estuvo en Sabadell porque esa falta de respeto por el ordenamiento jurídico forma parte de su forma de ser y de comportarse. También ha planificado, igual que Font, salidas este fin de semana fuera de sus límites comarcales.
En el caso de Font no sería el primer intento, puesto que ya se metió en apuros hace un par de semanas, cuando el confinamiento era municipal, saliendo de Granollers ilegalmente para protagonizar un acto en el mercado de Las Corts de Barcelona con el único propósito explícito y público de acercarse peligrosamente a los socios. Habiendo anunciado con antelación esa tan mala idea fue en twitter donde Font recibió las advertencias necesarias como para anular, un minuto antes, su viaje a Barcelona desde Granollers y evitar aparecer retratado realizando una actividad prohibida.
Alcanzada ya la fase crítica de la larga campaña en curso, a ambos candidatos se les acaba la capacidad de ser creativos y de contener su verdadera naturaleza. Las trampas son lo suyo.
Y aún así hay socios y “penyes” que ante este tipo de invitaciones rechazan este formato porque desafía la normativa y pone en peligro y riesgo la salud de los barcelonistas.
