Los pronósticos sobre el resultado de las elecciones a la presidencia del FC Barcelona siempre han sido inciertos y poco fiables, incluso aquellos que parecen haber sido realizados por profesionales del sector y con ciertas garantías. Las encuestas, esta vez, se han convertido en un escaparate de la confusión como consecuencia del anacronismo que, en el FC Barcelona, produce el vértigo de su propia capacidad para cambiar de decorado, sensaciones y actualidad en ocasiones hasta varias veces al día.
De hecho, ha sucedido que en un sondeo realizado para calibrar las posibilidades de los tres candidatos finalistas, Joan Laporta, Víctor Font y Toni Freixa, el diario decano de la prensa deportiva, Mundo Deportivo, haya incluido a uno de los eliminados, Emili Rousaud, como consecuencia de la mecánica empleada para su realización.
La credibilidad de su publicación este domingo pasado 24 de enero ha sido puesta lógicamente en entredicho y no ha faltado quien, además, haya apuntado sospechas sobre cierta adulteración de los resultados y de una intencionalidad poco clara. En cualquier caso, más allá del hecho sorprendente, la inclusión de Emili Rousaud produjo tal efecto que la encuesta fue rápidamente retirada de la home del diario.
La causa aparente no fue otra que haber realizado las preguntas a unos 400 socios, durante el periodo comprendido entre los días 11 y 14 enero, coincidiendo con el recuento de las papeletas. Como Emili Rousaud las entregó supuestamente a tiempo, en forma y con una cifra algo superior a las exigidas, los encuestadores realizaron su labor como si hubiera pasado el proceso de validación de las firmas.
Sin embargo, no fue así. Ya es notorio y conocido que retiró su precandidatura antes de quedar retratado como un tramposo por la Junta Electoral, provocando en este caso una consecuencia imprevista. Faltó previsión e información. El objetivo de la encuesta era ser publicada el día 21 de enero, a tres días de las elecciones, previstas inicialmente para el 24 de enero. No se tuvo en cuenta, o no se quiso tener en cuenta, que las elecciones no se iban a celebrar por culpa del confinamiento perimetral y que no existía ninguna prisa para completar la segunda parte de un sondeo que ya había sido reprobado por alguno de los candidatos, publicado el día 2 enero pasado.
Joan Laporta aparecía, destacadamente, como ganador claro de las elecciones, seguido de Víctor Font. En cambio, tres de los aspirantes, Emili Rousaud, Agustí Benedito y Xavi Vilajoana, superaban a Toni Freixa, quien a la hora de la verdad ha sido el tercer candidato, sólidamente validado, por encima de los demás, contra todos los pronósticos, y sin haber invertido en publicidad, contando únicamente con el arraigo social y el hecho de haber mantenido determinadas constantes de seriedad y respeto a los valores de la institución.
La diferencia entre el ránking determinado por la encuesta y la realidad dejó bastantes dudas sobre si el error era atribuible a las dificultades en el proceso de realización, a la muestra de apenas 200 socios, o si el sondeo tenía como propósito influir en la opinión pública a favor de un aspirante y en contra de otro. En cualquier caso, Emili Rousaud aparecía como el tercero, después de Joan Laporta y de Víctor Font, en la primera encuesta y fue Emili Rousaud el curioso precandidato ‘resucitado’ en la segunda por motivos que escapan a todo razonamiento estadístico y periodístico conocido.
