A día de hoy, los debates programados a partir del día 15 de enero próximo por los diferentes medios no están confirmados todavía. Una razón, obvia, radica en que los candidatos aún no han sido proclamados como tales, pues resulta preceptivo entregar las firmas correspondientes y cumplir con el trámite de validación, antes de obtener esa condición.
La otra es que Joan Laporta quiere evitarlos a toda costa y, como siempre, la prensa no sólo no insiste y lo denuncia, sino que se plantea no realizarlos si uno de los candidatos no lo acepta. Y lo que aún es peor, la televisión pública, TV3, quiere organizar el último la noche del día 22 de enero, el único al que Joan Laporta acepta acudir, sin tener en cuenta el talante antidemocrático del personaje y el obligado análisis del grotesco escenario de favorecer los intereses estratégicos y electorales de un candidato.
No es de extrañar pues el director del canal autonómico, Vicent Sanchis, fue el director de Barça TV mejor pagado de la historia al final del mandato de Joan Laporta y un declarado militante del laportismo contrario a Sandro Rosell. El director de TV3 también fue puesto en cuestión por su posicionamiento en contra del reportaje en el que Sandro Rosell explicaba en exclusiva su experiencia carcelaria al mismo tiempo que negaba y ocultaba la acusación contra Mediapro en el mismo sumario origen que dio pie a la prisión preventiva de dos años a Sandro Rosell. Mientras Rosell fue declarado del todo inocente, la empresa fundada por Jaume Roures fue acusada y condenada por varios delitos relacionados precisamente con sobornos y maniobras irregulares para hacerse con los derechos de TV de las principales competiciones de fútbol de Centro y de Sudamérica.
Además de haber puesto el aparato de los medios públicos a favor de Víctor Font hasta la aparición de Joan Laporta, Vicent Sanchis y todo lo que representa su pasado común con Xavier Sala Martín y Joan Oliver en determinadas fundaciones de la estructura de Convergència desaparecida por los casos de corrupción, ahora estás dispuesto a avergonzar de nuevo a la televisión pública con otro escándalo de favoritismo y manipulación de la opinión pública. Nadie duda que si Laporta sólo quiere participar en un debate, el de TV3 hecho a su medida y a mayor gloria del candidato, el conjunto de las fuerzas políticas y medios de comunicación, temerosos del poder que pueda llegar a tener Joan Laporta si vuelve a la presidencia, así se hará. Así es y así funciona el entorno del FC Barcelona, al menos ese sector negocios y controlado mediáticamente por el servilismo y el seguidismo histórico de todo lo que se mueve en torno a Jaume Roures y sus intereses.
Otra cosa será, finalmente, lo que decidan votar los socios si ese mismo aparato lo permite. Ya lo impidió en el caso del voto de censura porque si les da miedo el debate se puede imaginar el pánico a que las urnas puedan desmontar ese rodillo vergonzoso contra la libertad de expresión y demás derechos fundamentales.
