El fuego que causó cuatro fallecidos en una nave industrial de Badalona puso al descubierto una situación de precariedad habitacional. A pesar de ser un tema delicado, la proximidad de las elecciones del 14-F y la necesidad de los partidos de marcar paquete provocó que, sin prácticamente disimular, muchas formaciones aprovecharan la tragedia para intentar pescar votos.
Hasta el lugar de los hechos desembarcaron el vicepresidente catalán, Pere Aragonès, y la consejera de Salud, Alba Vergés (ERC); el consejero de Interior, Miquel Sàmper (JxCat) y la delegada del gobierno central en Cataluña, Teresa Cunillera (PSC). Además, se instaló como en un plató permanente el alcalde, Xavier García Albiol (PP). Y todos quisieron hacer declaraciones e intentaron culpar de lo ocurrido a otros o a políticas impulsadas por otros.
