El arzobispo de la Seu d'Urgell, Joan-Enric Vives, es también el copríncipe de Andorra, país que está especialmente tocado por la pandemia del coronavirus. Con una población de 75.000 habitantes, ya se han detectado más de 75 casos de infección por el Covid-19 y el gobierno ha decretado, entre otras medidas de choque, el confinamiento de la población en su domicilio.
Pero el copríncipe Joan-Enric Vives, en una carta enviada a los curas y diáconos del obispado de Urgell, al cual pertenece Andorra, recomienda mantener abiertas las iglesias para que los creyentes –en su gran mayoría, gente mayor y, por lo tanto, muy expuesta al contagio- vayan a misa y a rezar. En este sentido, considera que hay que "rezar en las epidemias y ayudar a rezar y ser próximos a quienes sufren y pasan por la angustia de la enfermedad".
En su carta, el arzobispo Vives añade que "de ninguna forma nos tenemos que dejar llevar por el miedo o por comportamientos colectivos desproporcionados". A pesar de todo, deja en manos de cada párroco llevar a cabo las medidas que crea necesarias, como por ejemplo "vaciar el agua bendita, darse la paz o decidir cómo recibir la comunión". El copríncipe cree que el hecho que los templos religiosos estén abiertos "apoyará y fortalecerá" a los fieles del obispado de Urgell.
