Quién viaje a Girona estos días no podrá tocar o dar un beso al Cul de la Lleona, como es costumbre hacer con la emblemática estatua a la calle de Calderers. La alcaldesa de la ciudad, Marta Madrenas, ha anunciado que la columna ha quedado precintada por prevención por el coronavirus, siguiendo "indicaciones" del departamento de Salud de la Generalitat.
Pero la consejera de Salud, Alba Vergés, se ha desmarcado de la decisión del Ayuntamiento de Girona de precintar el acceso al Cul de la Lleona, como medida preventiva para evitar que el virus se propague a través de los besos al monumento.
Si la Consejería avalara el cierre del Cul de la Lleona, abriría la puerta al precinto de tallas besadas como la misma Moreneta de Montserrat. La responsable de Salud tampoco es partidaria, en la situación actual, de prohibir las grandes concentraciones de gente ni los apretones de manos de manos.
Esta no es la primers vez que se toman medidas con el Cul de la Lleona por miedo a un contagio. El 2009, en plena alerta por la gripe nueva ya se recomendó no hacerle besos a la estatua.
Por otro lado, en una entrevista a RAC1, la consejera Vergés no teme que el coronavirus acabe desbordando los hospitales. Así, insiste que el sistema sanitario está preparado para afrontar el brote y justifica que a partir de ahora los casos leves se aíslen en casa sin ocupar camas hospitalarias.
