Algunos colectivos de activistas en defensa de la salud pública comunican diariamente cuánta gente hay y cual es el promedio de espera para ser atendidas o subidas a planta las personas que llegan a los servicios de urgencias de determinados hospitales. Es especialmente de agradecer el trabajo de SAP Muntanya al ponernos al día de la atención en el servicio de Urgencias del Hospital del Valle Hebrón.
De tanto en cuando a todos (o a casi todos) nos toca pasarnos alguna vez por estos servicios porque enfermamos nosotros o alguna persona cercana. A mí me tocó el día de la Mercè. Un cólico nefrítico. Recuerdo que el añorado Joan Barril explicaba a menudo sus peripecias vitales en los artículos que publicaba en diferentes medios de comunicación. También cuando le tocaba ir al hospital. Te dejaba con la incertidumbre de saber qué le pasaba y cómo se encontraba. Pero aprovechaba el artículo para reflexionar sobre el ser humano y sus limitaciones o se lo hacía venir bien para dejar caer alguna idea brillante o interesante.
A mí, el nuevo paso por las urgencias hospitalarias me hizo pensar en la necesidad de que las personas tengamos cuidado unas de otras. 'Hoy por ti, mañana por mí", según el dicho. Cuando tu cuerpo no funciona bien necesitas a alguien que te lo arregle. Y si encima el dolor o la angustia se te hacen difíciles de superar, cuanto más rápido lo haga, mejor.
Cuando me pusieron el Nolotil por la vía intravenosa y pude volver a pensar con claridad y mirar a mi alrededor, vi a mucha gente necesitada de ayuda. Y la confianza y esperanza que depositaba (depositábamos) en las enfermeras, médicos y personal sanitario que nos atendía.
También tuve un momento para pensar en la que denominan 'Ley Aragonés', esta ley que permite la privatización de determinados servicios que se ofrecen en los hospitales, escuelas y centros de atención social. Está en el Parlament y se podría aprobar en las próximas semanas. Una Plataforma de entidades ciudadanas se opone a ella. Nadie me hará creer que en 'el cuidado' entre personas sea necesario recurrir al mercado libre y a la competencia entre empresas privadas que buscan hacer negocio.
Ir de Urgencias de vez en cuando hace revivir la confianza en el ser humano y reafirma la convicción en que la salud de todas y todos es un derecho y nunca tendría que ser un negocio.
