Jordi Cuixart, el presidente de Òmnium Cultural, se ha desmarcado de su declaración en fase de instrucción, ya que, según ha asegurado este martes en el Tribunal Supremo, aquella declaración estaba condicionada por el "impacto emocional" del momento y es el resultado de su "voluntad de salir de la cárcel al precio que fuera". Ahora dice que su prioridad no es aquella, sino resolver "el conflicto político", además de lograr la absolución.
Cuixart, que ha iniciado su intervención describiendo Òmnium como una entidad "eminentemente independentista" que pretende fortalecer el "sentimiento de pertenencia colectiva" y la democracia en Cataluña y en el mundo, también ha presentado a sus fundadores como unos "visionarios". En lo que le concierne como procesado, ha expuesto como particulares su posición y la de Jordi Sànchez, porque se encuentran encausados por haber liderado plataformas civiles: "Somos presos políticos, no políticos presos".
En un momento posterior del interrogatorio, Cuixart ha rechazado la posibilidad de expresar su parecer a petición de la Fiscalía indicando que "se me está juzgando por mis hechos, no por mis gustos".
Sobre los coches de la Guardia Civil vandalizados el 20 de septiembre de 2017, ha considerado el hecho "meramente anecdótico" si bien ha aclarado que es una persona austera que lamenta daños como estos en el mobiliario público, y ha esgrimido el caso de las puertas rotas en escuelas del 1-O durante la operación policial contra aquella votación.
Cuixart, además, ha destacado los hechos del 20 de septiembre como la clave sin la que "no entenderemos nada". En ese sentido, se ha referido a las detenciones, los registros, la investigación que afectaba a 750 alcaldes y lo que ha considerado un "asedio" a la sede de la CUP por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. "Cuando nos han metido en la cárcel ustedes nos han convertido en unos referentes de la sociedad catalana, contra nuestra voluntad", ha afirmado Cuixart sobre sí mismo y Sànchez.
Durante el interrogatorio de la Fiscalía, el presidente de la sala, Manuel Marchena, ha instado a Cuixart a limitarse a responder aquello que se le pregunta, si desea responder. Además, Cuixart se ha disculpado después de que Marchena le haya llamado la atención por exclamar "¡hostia!" y "¡cojones!" después de algunas intervenciones, expresión que para el presidente de la sala es una interjección coloquial impropia de una vista oral.
