El nuevo consejero de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia, Alfred Bosch, acaba de nombrar a Francesca Guardiola (foto) “embajadora” de la Generalitat en los Países Nórdicos (Dinamarca, Suecia y Noruega). La hermana del ex entrenador del FC Barcelona ya ocupaba este cargo con anterioridad, pero fue cesada a finales del mes de octubre del año pasado, en aplicación del artículo 155, y ahora Alfred Bosch la ha restituido en el mismo puesto.
Pero, antes del 155, en la “embajada” catalana de Copenhague también trabajaba Diana Coromines, una independentista de una pieza que estos días se presenta al proceso de primarias por Barcelona que impulsa Jordi Graupera. Y la opinión que tiene Diana Coromines de Francesca Guardiola es, en términos patrióticos, muy decepcionante.
Así lo explica en un artículo de opinión publicado en el diario Vilaweb el pasado 24 de noviembre, donde describe el “miedo” y la cobardía de Francesca Guardiola, que se apresuró a cumplir y a hacer cumplir histéricamente a sus subordinados –entre los cuales se encontraba Diana Coromines- la orden de Madrid de cerrar la actividad de las delegaciones exteriores de la Generalitat, rechazando otras alternativas. “El miedo es legítimo y una retirada a tiempo, aunque sea poco honorable y escenifique un fracaso (el error a la hora de seleccionar correctamente a los dirigentes más idóneos), siempre tiene un punto de dignidad. Pero dejar que el miedo te devore hasta el extremo de coaccionar y chantajear emocionalmente a la gente que te rodea, menospreciando de manera burda el hecho fundamental que son personas libres y poniendo tus intereses y bienestar emocional por encima del destino de todo un pueblo, cuesta de justificar y da grima de ver”, escribe Diana Coromines sobre el comportamiento de Francesca Guardiola durante aquellos días críticos.
Alfred Bosch es un político de “gestos” y, a la vez que se hace pasar por un independentista comprometido con la causa, ha vuelto a nombrar, a pesar de estos antecedentes, a Francesca Guardiola “embajadora” en los Países Nórdicos. No hay que decir que una independentista de todo corazón como Diana Coromines “alucina” con esta decisión, después de vivir y sufrir en primera persona la poca talla humana y la falta de compromiso político de Francesca Guardiola.
