«Utilizan la legalidad para ponerla al servicio del “Procés”»

Entrevista a Inés de Gispert
Inés de Gispert
Inés de Gispert

Licenciada en Filosofía y Letras, fue profesora de Psicología de la Educación de la Universidad de Barcelona. Fue representante sindical por CC.OO. y militó en el PSUC hasta su disolución. Se incorporó a Podemos y a BCN en Común, desde su fundación, forma parte de Comunes Federalistas y está en la Comisión Ejecutiva de Catalunya en Común.

¿Cómo se nos presenta el futuro?

El futuro es preocupante (tanto en Cataluña como en España, en Europa y en el mundo) por la globalización, que hace que las cosas estén interrelacionadas. Pero me interesa sobre todo la situación aquí, porque acabamos de pasar otro 11 de septiembre y veo que las cosas no cambian. Además, el espacio que estamos intentando construir (En Común Podemos) no veo que se acabe articulando.

¿Pesimismo de la inteligencia; como dijo Antonio Gramsci?

Sí, algo de esto. Porque aquí, en Catalunya, no hay ninguna voluntad de diálogo. El PSOE ha rebajado tensión, pero pone como condición el marco de la legalidad, como es natural. Y los otros, pues no hay más que ver hechos como romper la moción que la enunciaba. Siguen aferrados al 1 de octubre, como algo legítimo.

¿Pesimismo político?

Dicen (los nacionalistas) que las instituciones de Cataluña hay que preservarlas, pero tienen el Parlamento cerrado y hace siete años que no gobiernan. No hablan del 6 y el 7 de septiembre porque les da vergüenza y, últimamente, buscaron una argumentación intentando justificar esto, diciendo que si no lo hubieran hecho no habrían podido llevar a cabo el referéndum unilateral. Son Escusas. El Parlamento está cerrado, porque no parece que se acaban de entender entre ellos, por el tema de la posesión de Torra, con Puigdemont detrás, etc. Dicen que abrirán el 2 de octubre ¿Por qué? Porque están esperando al 1 de Octubre ¡Y a ver que harán! No se sabe, es un misterio.

¿Estamos, pues, instalados en Cataluña en una preocupante esquizofrenia?

Utilizan la legalidad para ponerla al servicio del “Procés”. Es la que les da dinero y les permite ocupar el gobierno y tener mayoría en el Parlament. Esta es la legalidad real, la única. Porque la otra es la que se inventaron e impusieron, saltándose todo a la torera. Una legalidad, digamos, virtual. No legitimada, ni documentada, ni nada. Por ahí no hay salida, ni futuro. Si no cambian las actitudes, no tenemos nada que hacer. Parece que estén abducidos y esto es muy preocupante.

¿Y, entretanto, aquí estamos dejados de la mano de dios en cuanto a los problemas sociales?

En Educación, han recortado todo lo que han podido. Y en el ranking, Cataluña figura cada vez más atrás. Así, la gente que menos tiene es la que más acusa todo esto, como así lo pone de manifiesto el fracaso escolar. En esta cuestión, como en general, hay una reproducción de la pobreza, por decirlo de alguna manera. Por añadidura, están potenciando la escuela concertada, privada, y en la pública están utilizando los servicios, como los comedores escolares, como Caballo de Troya de la privatización. Una consecuencia directa del neoliberalismo depredador, que opera del mismo modo en la Sanidad, las Pensiones… Además de robar lo que han robado, se dedican a hacerlo también de este modo. Ahora Torra, el enviado de Puigdemont, resulta que empieza a hablar de lo social, cuando tanto ellos como Esquerra y como la CUP lo que han hecho es votar presupuestos totalmente antisociales. Le va muy bien diciendo que no ha dinero porque la culpa de Madrid, cosa que no es verdad. Por ejemplo, en el tema de la energía había cosas que podían hacerse desde aquí ¿Y que hizo Toni Comín en Sanidad? Continuar con la privatización que había estado llevando a cabo Boi Ruiz

¿Qué decir sobre la futura convivencia entre las diferentes Cataluñas?

Tengo diez hermanos y no podemos hablar de este tema. Es un ejemplo. Se habla de una República sin significado. La primera vez que Junqueras ha aludido a la fraternidad ha sido en un artículo publicado hace unos días. ¡A buenas horas mangas verdes! Después de haber rota toda la fraternidad. Con España y en Cataluña. Con todos los españoles y en Cataluña con los tildados de “unionistas”, “fascistas”, etc. etc. Haber, libertad, igualdad y fraternidad. Libertad para ellos. Igualdad ¿Para quién? También para ellos, será para los que chupan del bote y la fraternidad se la han cargado ¿Qué valores republicanos se pueden encontrar en esta llamada “República catalana” que es el Viaje a Itaca? Esto es una vergüenza. Pretenden que votemos sí o no a la independencia sin ningún proyecto de país. A mí, que soy de izquierdas, me horroriza que en el Área Metropolitana y otros lugares se acabe votando a Ciudadanos por temas de identidad. Porque si hay una cosa loable que el PSUC hizo en su momento fue aglutinar a la gente es un mismo proyecto. Eso lo han roto. Hay la Cataluña de los excluidos. Pero les da igual, porque el voto del Área Metropolitana encima vale mucho menos que el de otros sitios. Los problemas de estas personas, que son las más desfavorecidas, las que han sufrido la crisis más que nadie, ven ahora peligrar su propia identidad, sus raíces.

¿Esta deriva que vivimos en Cataluña es un fenómeno propio o tiene algo que ver con lo que está ocurriendo en Europa y EE. UU?

Cuando vas al Ampurdán desde Barcelona te llaman “Cobyncs” o “Pixapins” ¡Imaginate! No es tan difícil encontrar similitudes de los que estos significa con el talante de la Lega italiana y compañía. Este verano he leído dos libros que hablaban de algo de esto desde dos visiones. Una, que me ha gustado mucho más, es la autobiografía de Bertrand Rusell y la otra “El mundo de ayer”, de Stefan Zweig. Todo parece indicar que la Crida va camino de convertirse, si ya no lo es, en la extrema derecha catalana. Excluyente, xenófoba… Y quizá aún más preocupante es el seguidismo de Esquerra y de la CUP.

¿Y el futuro de la izquierda?

La izquierda, en general, y la socialdemocracia en particular (que durante una época ha sido muy importante por haber estado ligada al Estado de bienestar) no han sabido pertrecharse, entre otras cosas, contra el capitalismo financiero, salvaje, totalmente neoliberal, que no se sabe muy bien hasta dónde quiere llegar. Si las clases medias y hasta los más desfavorecidos tenemos que consumir por el bien de la economía y, al mismo tiempo, nos empobrecemos ¿Cómo entenderlo? Todo esto hay que regularlo y los Estados no se atreven. Y la izquierda, en este caso la local, ICV no supo ponerse al frente del 15 M, donde latía mucho descontento con las cosas. Uno de los errores que ha tenido la izquierda desde la transición ha sido dejar la calle. Había que estar con la gente y no conformarse con estar en un ayuntamiento, haciendo lo que se podía.

La nueva izquierda ¿Realidad o ficción?

Con esto de la llamada nueva izquierda estoy un poco chocada. Porque cosas que para nosotros, cuando éramos militantes (ahora activistas), constituían valores muy importantes, como el sentido de la camaradería, la afinidad con los compañeros, la lealtad a las líneas del partido, el análisis, la profundización… resulta que esto no. Se critica el centralismo democrático, pero resulta mucho más democrático que lo que ahora se estila. Espero que esto cambie. Y se han cometido errores garrafales, como el Pablo Iglesias dejándose llevar por una visión muy distorsionada de Cataluña. Tampoco existe preocupación por formarse.

La denominada “nueva izquierda” aparenta en ocasiones (quizá al rebufo de la politología y de las luchas parciales) tener mayor querencia por la experimentación que por poner los en la tierra ¿Los experimento con gaseosa?

Se carece, por ejemplo, de agenda propia y, en consecuencia, se hace seguidismo. Sí que hay movimientos sociales. Hay que decirlo. Ya Ada Colau no ha llegado a la alcaldía porque sí. A pesar de ser crítica con muchas cosas, quiero que siga siendo la alcaldesa ¿Por qué? Porque ninguna de las otras alternativas me gusta. Ella ha hecho más que nadie por la gente que lo necesita. Además, tiene, a mi juicio, una cosa muy importante: lo que dice lo siente. No sé lo que pasará, pero nosotros (Comunes federalistas) damos guerra. Parece que hay una parte de los Comunes que está replanteándose algunas cosas. Y las cosas están cambiando.

¿Y el gran futuro, el de la globalización, como se dibuja?

Algo parece decirnos que esto explotará. El mundo es muy complicado. Espero que hayamos comprendido la lección de las guerras mundiales y no acaben las cosas en una catástrofe. Lo de Trump, por ejemplo, es muy irracional, enormemente preocupante, pero, afortunadamente, parece que, como los antiguos emperadores, hay gente en la Casa Blanca que interviene y regula las cosas de alguna manera. Le dejan hablar, pero acaban haciendo otras cosas. Pero está loco. No puede existir un mundo en el que unos pocos acaparan toda la riqueza y el resto se muera en la miseria. Y creo que movimiento hacia la extrema derecha no es solo un brote. Se está extendiendo y, en buena medida, es consecuencia de la globalización, tal como se está llevando a cabo. Es decir, en función de los intereses del capitalismo. Ya se empieza a hablar de una nueva recesión ¿Cuántas más aguantaremos? Hay ventanas de esperanza, como la que en España se ha abierto con Pedro Sánchez, pero los desafíos son enormes.

 

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