Hablemos

Una de las consecuencias más antipáticas de hacerse mayor es la pérdida de personas con las que has coincidido en tu vida. No hace mucho despedía a Antoni Traveria, compañero de profesión, ilusiones e, incluso, partidos de fútbol. Antes han sido muchos los que se han ido. Por ejemplo, los dos conductores del programa de Ràdio 4 Hablemos con los que trabajé: Joan Lluch y Joan Barril. Pienso en ellos ahora que se insiste en que los dirigentes de los partidos políticos deben hablar, dialogar, ante la crisis política catalana.

Cumplir años también conlleva que la memoria flojee y no sabría decir quién tuvo la idea de bautizar aquel programa con el lema de Hablemos. ¿Quizás el director de la emisora en ese momento, Josep Maria Balsells? ¿Quizás el jefe de programas, Joan Ramon Mainat, otro de los que nos dejó hace mucho tiempo? El caso es que con Lluch y Barril compartí muchas horas de programas, de entrevistas, de gente charlando y explicando cómo lo veían todo.

La justificación del título del programa era que «hablando se entiende la gente». No lo tengo muy claro. Estamos hartos de ver y escuchar tertulias donde después de una hora de hablar (o gritar) todo el mundo sigue firme en sus convicciones y hace oídos sordos ante los argumentos del resto de participantes en el debate.

Pero que no se pongan de acuerdo no significa que hablar sea inútil. Es imprescindible. En Catalunya hemos vivido desde hace años una polarización donde muchos medios de comunicación se han convertido en trincheras de combate político. La ecuanimidad y la objetividad han escaseado. Y esto se ha trasladado a una sociedad en la que los ciudadanos sólo leen, escuchan o ven los medios que les reafirman en su pensamiento. Independentistas por aquí. No independentistas por allí. Cada uno con sus orejeras mediáticas.

Ahora que Mariano Rajoy ya no está en la Moncloa y que partidos políticos de opciones muy diversas -conservadores y progresistas, independentistas y no independentistas- han llevado a Pedro Sánchez a la presidencia del gobierno, sería bueno que la opción de Hablemos sea algo más que un eslogan para quedar bien ante los electores. Todos sabemos que si en la mesa del diálogo unos se presentan pidiendo «independencia mañana» y los otros replican con un «independencia jamás» no podemos prever grandes avances, pero si algún día me vuelven a ofrecer que trabaje en un programa de radio similar al que hice de joven, propondría que le llamáramos «Por lo menos, hablemos».

(Visited 25 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

HOY DESTACAMOS

Deja un comentario