En el acto de toma de posesión del nuevo gobierno de la Generalitat, presidido por Quim Torra, no sólo dejaron de asistir los representantes de Ciutadans y del PP, disconformes con el talante secesionista del Muy Honorable. También «cantó» la ausencia del ex-presidente Jordi Pujol, imputado por la Audiencia Nacional por los trapicheos de corrupción y fraude fiscal de su familia.
Contrastó la desaparición de Jordi Pujol de la lista de invitados con la presencia de los ex-presidentes Pasqual Maragall, José Montilla y Artur Mas, que figuraban en un lugar preeminente del acto institucional celebrado en el salón de Sant Jordi del Palau. Por cierto, Pasqual Maragall recibió calurosas muestras de afecto de la gente que había en la plaza de Sant Jaume y apareció abrazado a su sucesor, José Montilla.
La historia da curiosas vueltas. Jordi Pujol, ausente del acto de toma de posesión del gobierno más independentista de la historia reciente de Cataluña. Y su «archienemigo» político durante dos décadas, el ex-socialista Pasqual Maragall, aplaudido por los independentistas reunidos en la plaza de Sant Jaume.
