Quim Torra ha tomado posesión como presidente del Gobierno catalán en un acto breve, discreto, sin discursos y casi sin invitados en el Palau de la Generalitat. El acto no ha durado ni cuatro minutos.
El dirigente de JxCat ha asumido su cargo 202 días después de la destitución del Ejecutivo de Carles Puigdemont en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
La guerra entre el Gobierno de Mariano Rajoy y la Generalitat ha complicado los preparativos del acto. Los primeros querían que asistiera a la toma de posesión la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, pero el Gobierno catalán querían alguien de rango inferior. Al final, Moncloa ha decidido no asistir al acto.
Así, la toma de posesión ha contado con la presencia del presidente del Parlamento, Roger Torrent, y familiares del nuevo presidente.
Después de la lectura del secretario del Gobierno, Quim Torra ha usado la misma fórmula que el expresidente Carles Puigdemont. En aquella ocasión, Puigdemont tomó el relevo de Artur Mas y respondió afirmativamente a la pregunta que le formuló la entonces presidenta del Parlamento, Carme Forcadell: «Promete cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlamento?». Este vez, la promesa la ha hecho sin pregunta el mismo Torra.
