El presidente del Gobierno Mariano Rajoy se ha comprometido a elevar su esfuerzo de entente con el nuevo Gobierno que se configure y ha hecho un gesto simbólico de reconocimiento de la diversidad de Cataluña, pero ha delimitado este diálogo al marco de la ley y al «realismo».
También ha confirmado que el artículo 155 de la Constitución dejará de aplicarse cuando se forme el nuevo ejecutivo catalán, tal como quedó establecido cuando fue aprobada.
«Haré un esfuerzo para mantener el diálogo con el Gobierno catalán, pero también para que la ley se cumpla», ha señalado en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El presidente se ha mostrado decidido a «normalizar la situación» pero la condiciona a «la buena voluntad» y al hecho de que los mandatarios catalanes abandonen la unilateralidad hacia la independencia.
Eso sí, ha evitado detallar si tiene algún plan o medidas para acercarse a los catalanes y ha insistido que el resultado electoral no hará variar su postura ante una posible reforma constitucional.
En respuesta a preguntas de la prensa, el jefe del Ejecutivo ha descartado reunirse en la inmediatez con el expresidente Carles Puigdemont, que ha solicitado desde Bruselas verse con el jefe del Ejecutivo central fuera de España.
«Para tener alguien como interlocutor tiene que tomar posesión de su escaño, ser elegido y estar en condiciones de hablar conmigo», ha puntualizado con cierta intención.
