Jaume Roures vuelve a estar en el ojo del huracán

Investigación judicial en Suiza por el trapicheo en la comercialización de los derechos de TV de los cuatro próximos Mundiales de fútbol
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Fuerzas poderosas e influyentes que actúan desde los Estados Unidos en colaboración con la nueva FIFA -dispuesta a limpiar su nombre y su malograda reputación- están situando a Mediapro y a Jaume Roures, pero sobre todo a su socio principal de Bein Sports, el millonario qatarí Nasser al-Khelaifi, en el punto de mira de un gran negocio internacional de dinero negro, sobornos y corrupción con la compra-venta y explotación de los derechos de televisión de las grandes competiciones de fútbol. Ahora le ha tocado al amigo de Jaume Roures, socio en su canal español de retransmisiones deportivas, ser investigado con fundados indicios de haber conseguido los derechos de los próximos cuatro Mundiales de forma irregular.

El asedio alrededor del enorme poder económico qatarí en el mundo, con el objetivo de evitar que su supervivencia dependa exclusivamente del gas, se ha agudizado con la apertura de una investigación penal contra su empresario más popular y conocido, el presidente del París Saint-Germain (PSG) y fundador de la compañía audiovisual Bein Media, Nasser al-Khelaifi, y el antiguo número dos de la FIFA, Jerome Valcke.

Hay fundadas sospechas que los dos cometieron soborno, administración delictiva, fraude y falsedad documental en la venta de los derechos televisivos de los cuatro próximos Mundiales de fútbol, incluido el de Qatar 2022. Detrás de este movimiento de la justicia Suiza, donde tiene la sede oficial la FIFA, se adivina también el gran interés de los Estados Unidos para demostrar que tanto en la adjudicación de los derechos de televisión de este Mundial, el de Rusia (2018) y los dos siguientes al qatarí, como en la misma elección de la sede del emirato para el 2022, se produjeron episodios de corrupción, soborno y compra de votos de los miembros de la FIFA participantes en la designación. Hace tiempo que desde los Estados Unidos se había impulsado también una investigación sobre la asignación de los derechos de televisión de las federaciones de los países centro y norteamericanos de la fase previa de la Copa del Mundo. El informe del Departamento de Justicia afirma que al menos tres altos cargos de Media World, la filial de la catalana Mediapro en Miami, se vieron envueltos en actuaciones de soborno, blanqueo de capital y fraude. Existen, además, declaraciones de culpabilidad que avalan las acusaciones.

En el caso de Nasser al-Khelaifi, el conocido cazador de cracs del fútbol como Neymar y Mbappé este verano, la investigación afecta directamente a su poderosa empresa de comunicación Bein Media Group y a quien fue la mano derecha de Joshep Blatter, el destituido, inhabilitado y defenestrado ex-presidente de la FIFA. Se trata del ex-secretario general, Jérôme Valcke, que también lleva un tiempo apartado de la vida de corrupción y favoritismos de la FIFA durante el mandato de Blatter.

La justicia suiza considera que Al-Khelaifi habría sobornado Valcke mediante el regalo de una impresionante residencia en Porto Cervo (Cerdeña). Los indicios apuntan que habría recibido favores indebidos a cambio de la concesión de los derechos de televisión de los Mundiales del 2018, 2022, 2026 y 2030, dos de ellos todavía para conceder.

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