A medida que se acerca la fecha del 1-O parece evidente que el anunciado referéndum unilateral de independencia no se podrá celebrar o, en todo caso, de manera muy precaria y sin ningún tipo de validez ni credibilidad. Por eso, desde el entorno del presidente Carles Puigdemont se están enviando emisarios en los últimos días para sondear a personas próximas al núcleo del poder central una posible salida a este cul de sac.
Según ha podido saber EL TRIANGLE, los emisarios de la Generalitat proponen renunciar a la independencia a cambio de pactar un régimen fiscal con cupo, parecido al que tiene el País Vasco, y una modificación puntual de la Constitución donde se blinden las competencias de la Generalitat en materia de lengua y educación. Esta propuesta recupera la que ya hizo el entonces presidente Artur Mas a Mariano Rajoy en la reunión que mantuvieron en el palacio de la Moncloa el 20 de septiembre de 2012 y que fue rechazada por el presidente del gobierno español. A continuación, Artur Mas procedió a la convocatoria anticipada de elecciones.
Los destinatarios de esta propuesta de los emisarios del presidente Carles Puigdemont han mostrado su escepticismo sobre la receptividad que pueda tener esta oferta de negociación, en especial la implantación en Cataluña de un concierto económico como el que tiene el País Vasco. El argumento es que esta medida se puede soportar en el caso de la comunidad vasca, que tiene poco más de 2 millones de habitantes, pero no en el de Cataluña, con 7,5 millones de habitantes y el 18,9% del PIB español.
