Los Mossos d’Esquadra y Ramon Espadaler la pifiaron con la operación Pandora, según ha puesto de manifiesto el auto de la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, que acaba de archivar por falta de indicios lo que quedaba de una causa en cuyo marco once personas vinculadas con el movimiento libertario fueron detenidas el 16 de diciembre de 2014. Siete de ellas ingresaron en prisión preventiva.
Aquella fue la primera fase de una operación puesta en marcha por los Mossos y el magistrado Javier Gómez Bermúdez contra una supuesta «organización criminal con finalidades terroristas». La misma magistrada sobreseyó la segunda fase de la operación Pandora en junio de 2016 por el mismo motivo.
Ahora la magistrada Lamela ha concluido que «pese al tiempo transcurrido, casi tres años, pese a los diversos y sucesivos teléfonos intervenidos y los informes de todo tipo que han sido recabados, el único resultado obtenido por los investigadores es la comprobación de que los investigados se relacionan con personas del colectivo anarquista».
Asimismo, ha expresado que haber vinculado a los investigados con una supuesta organización con finalidades terroristas se sostenía con «afirmaciones genéricas que ninguna base objetiva encuentran en el contenido de las conversaciones cuya trascripción se ha ido facilitando».
Cuando se puso en marcha la operación Pandora, que movilizó a 700 agentes de los Mossos y totalizó catorce registros, el entonces consejero de Interior, Ramon Espadaler, afirmó que aquella operación se había enfocado contra «el anarquismo violento» y tenía una «base suficiente». También declaró que del ingreso en prisión de siete personas por orden de la Audiencia Nacional se desprendía el acierto del operativo de los Mossos y el fundamento «en la catalogación».
