Prisión para un mosso que abofeteó un manifestante

La Audiencia de Barcelona también le condena a indemnizar con 2.090 euros a la víctima
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El tribunal de la Sección Novena de la Audiencia de Barcelona, ha condenado un agente de los Mossos d’Esquadra a seis meses de prisión y dos años de inhabilitación especial por un delito contra la integridad moral y una falta de maltratos sin lesión.

Los hechos pasaron durante la manifestación del 1 de mayo de 2012 en Barcelona, cuando el mosso abofeteó y humilló un manifestante que se resistía a mostrar su identificación.

El juez también condena al agente, que pertenece a la Brigada Móvil de la policía autonómica catalana, a indemnizar con 2.090 euros a la víctima, cantidad de la cual tendrá que responder subsidiariamente la Generalitat.

La sentencia dice que el acusado pidió la identificación de la víctima, que iba a la marcha en compañía de la diputada de la CUP, Eulàlia Reguant, lo cual motivó que esta le pidiera explicaciones de los motivos de este requerimiento y le exigiera a su vez que le mostraran su número de TIP, tarjeta de identificación personal.

El escrito del juez dice que el acusado, que llevaba un pasamontañas, además de su número de identificación oculto, cogió «con violencia» a la víctima y «con ánimo de menoscabar su integridad física, le dio una bofetada a la cara», cosa que provocó que las gafas del manifestante cayeran al suelo y se rompieran.

El tribunal añade que sin que la víctima mostrara una «actitud agresiva» en ningún momento hacia los agentes, fue apartado por el imputado del grupo con el cual iba, «cogido del cuello, de manera altamente humillando, y trayéndolo a empujones hasta la parte posteriores de los furgones policiales».

Después, la víctima, «que en todo momento no mostró conducta violenta, fue empujado contra la puerta trasera de una de las furgonetas policiales y, de una forma sorpresiva e imprevista, el acusado volvió a dar otra fuerte bofetada a la cara «del manifestante en presencia de al menos otras cuatro agentes policiales.

Finalmente, la víctima exhibió su documentación y abandonó el lugar, de forma que, según el tribunal, el episodio duró unos dos minutos.

Para la condena del agente ha sido clave el vídeo que fue filmado por un vecino desde un balcó de su vivienda, situada a la misma plaza de Goya de Barcelona.

La asociación Iridia, que ha representado al manifestante en el proceso judicial, ha aplaudido la sentencia porque «da una respuesta adecuada y reparadora para la víctima y, al mismo tiempo, da el mensaje que este tipo de actuaciones no son tolerables ni quedan impunes».

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