El Juzgado Mercantil número 4 de Barcelona ha iniciado la liquidación de Unión Democrática de Cataluña después de constatar que no tiene viabilidad económica, hecho que supone el cese de la actividad de esta formación, que tiene 85 años de historia. El juzgado mercantil decretó el pasado mes de septiembre que la formación tenía una deuda de 22,5 millones de euros y admitió unos activos de solo 5,8 millones.
Ramon Espadaler, secretario general de Unión Democrática, ha explicado en una carta a los militantes que «no hemos llegado al final del camino como instrumento político porque hayan caducado nuestros principios fundacionales. Hemos llegado por la quiebra económica a la cual nos ha abocado inexorablemente la pérdida de presencia parlamentaria, agravada por la escisión que sufrimos a mediados del 2015 y por la mengua de cargo públicos, elementos todos ellos imprescindibles para el sostenimiento material de todo el partido político».
«La apertura del proceso de liquidación, en razón de quiebra económica y decretada por el juez mercantil, pone punto final a nuestra trayectoria como partido político«, ha escrito Espadaler, que también ha pedido a la militancia que continúen defendiendo los ideales del partido, una propuesta cristiana que trabaje para el bienestar de las personas, que defienda su dignidad y que se implique en un nuevo marco de relaciones con Cataluña y España, y desde el catalanismo. «Estoy convencido de que este es el espíritu que nos continuará moviendo como la gente de Unión que siempre seremos», concluye Espadaler.
