Los reiterados robos de cobre en las obras de la línea de tren de alta velocidad que conecta con Francia fundamentan la decisión de Adif, la empresa estatal de infraestructuras ferroviarias, de sustituir los cables de este metal por otros de aluminio, que asegura que tienen «similares prestaciones» de conductividad pero «sin valor en el mercado».
Adif, de hecho, acaba de adjudicar un contrato para suministrar y colocar 90 kilómetros de cables del tramo de Les Borges Blanques-L’Espluga de Francolí, presupuestado con 1,4 millones de euros y marcado con un plazo de ejecución de 10 meses. Además, la empresa pública explica que está instalando cableado de aluminio en otros tramos entre Lleida y Barcelona.
Asimismo, ha comunicado que están implementando otras medidas de seguridad, entre las que destacan la instalación de circuitos cerrados de TV y detectores de intrusiones, así como un incremento de patrullas de seguridad privada y un refuerzo de la colaboración con los Mossos d’Esquadra y las policías locales. Adif asegura que los robos en la red ferroviaria catalana han bajado un 74,6% entre enero y octubre de 2016 en comparación con los mismos meses de 2015, dato que atribuye a las medidas y a las operaciones policiales puestas en marcha contra grupos de delincuentes organizados.
