Con los votos favorables de Catalunya Sí que Es Pot (CSQEP), el PSC y la CUP, el Parlamento ha instado al Gobierno de la Generalitat a imponer un gravamen sobre las bebidas azucaradas el próximo año. En contra de este impuesto a la Coca-Cola sólo ha votado el PP. Han optado por la abstención Ciudadanos y Junts pel Sí. Esta alianza electoral y de Gobierno está conectada con la cúpula de Coca-Cola Iberian Partners por el lado convergente: un histórico como Carles Vilarrubí es el esposo de la presidenta del gigante embotellador, Sol Daurella, la mujer más rica de Cataluña.
El resultado ha sido muy diferente en cuanto a los alimentos con exceso de azúcar, sodio o grasas saturadas. La propuesta de las formaciones de izquierdas para instar al Gobierno a cargarlos con un impuesto ha sido tumbada por Junts pel Sí y el PP.
El impulso del gravamen sobre las bebidas azucaradas coincide prácticamente con el anuncio del beneficio neto de Coca-Cola Iberian Partners. La empresa que lidera Daurella lo cifra en 537 millones de euros entre enero y septiembre de 2016, un 40% más que durante el mismo periodo de 2015. Los ingresos se elevaron durante estos nueve meses hasta los 6.528 millones, un 35% más.
