Vecinos de Santa Cristina d’Aro y el Partido Animalista-PACMA de Girona han mostrado de nuevo durante las últimas horas su rechazo a la construcción de una granja de pollos de engorde con capacidad para acoger a 83.500 aves en el Valle de Solius.
El Ayuntamiento de la localidad considera que las quejas de los vecinos, que temen que la macrogranja les reste bienestar, han llegado demasiado tarde. El enfado de algunos vecinos se puso de manifiesto el pasado lunes cuando se celebró una reunión informativa durante la cual se anunció que el proyecto seguía su curso, si bien está pendiente de alegaciones de la Generalitat.
El Gobierno municipal argumenta que la macrogranja no afectará a zonas vulnerables ni a espacios naturales protegidos, esgrimiendo la obtención de la licencia ambiental por parte del Consejo Comarcal del Baix Empordà y la declaración de impacto ambiental de la Generalitat.
El Partido Animalista-PACMA, partidario de parar el proyecto, advierte sobre el impacto que estima que causará en el paisaje del Valle de Solius y, al contrario de la previsión de la declaración ambiental referida por el consistorio, señala que los miles de pollos generarán cada año 835 toneladas de gallinaza, excrementos que pueden filtrarse y ensuciar el acuífero de Ridaura, del que beben miles de habitantes de la zona.
