Sin expectativas de llegar al poder, sometido a un preconcurso de acreedores y después de haber confesado una deuda de 19 millones de euros que le empuja a vender su sede central, Unió Democràtica de Catalunya acaba de presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) a la Generalitat.
Los detalles sobre esta medida no han trascendido, pero la formación que lidera el ex consejero Ramon Espadaler ha transmitido que espera poder lograr un acuerdo con sus acreedores en el transcurso de las próximas semanas.
La formación democristiana declara haber situado a sus trabajadores, que han tenido problemas para cobrar las nóminas, en el centro de sus preocupaciones, pero según las normas concursales la cuenta atrás para entrar en concurso de acreedores finaliza este jueves y, en adelante, comenzaría una fase de tres meses marcada por la necesidad de renegociar la deuda que arrastra este old party.
La dirección de Unió no se ha pronunciado, en cualquier caso, sobre el estado actual de la renegociación de una deuda que se contrajo fundamentalmente con los bancos durante los años de Josep Antoni Duran Lleida como presidente. El partido faltó a la cita electoral del pasado 26 de junio argumentando, por voz de Espadaler, que «no podemos articular una propuesta electoral tan a corto plazo».
