El bautizo del partido sucesor de Convergència como Partit Demòcrata Català (PDC) ha enojado a Demòcrates de Catalunya, formación fundada por los independentistas de Unió, que ha anunciado que emprenderá acciones legales porque entiende que se usurpa su nombre.
A raíz de esta reacción, el último presidente de Convergència e impulsor del proceso de refundación, Artur Mas, quiere calmar a la formación liderada por Antoni Castellà. Considera que nadie se puede enfadar porque un partido se denomine «demócrata» y asegura que hablará con Demòcrates de Catalunya, una formación, por otro lado, cercana a la órbita de la vieja CDC que, según Castellà, no tiene intención de integrarse en el PDC. «Se tiene que tener un poco de medida en la reacción, y Demòcrates tiene que entender que hay muchos partidos que llevan el adjetivo de demócrata», ha explicado a Els Matins de TV3.
Asimismo, ha declarado que su nombre preferido para el nuevo partido era Més Catalunya, una de las dos denominaciones presentadas al principio que no convencieron a la militancia, lo que obligó a aplazar el bautizo. Luego, en la elección final, optó por la opción perdedora: Partit Nacional Català. De hecho, Mas ha admitido que había descartado la denominación de Partit Demòcrata por el posible conflicto con Demòcrates de Catalunya, entre otros motivos.
Siglas pujolistas
Fricciones entre partidos al margen, la nueva denominación convergente tiene las mismas siglas que la candidatura Pacte Democràtic de Catalunya, una coalición nacionalista que se presentó a las elecciones generales españolas de 1977 con Jordi Pujol como cabeza de lista.
