El fin de los peajes protagoniza la campaña electoral

La ministra Ana Pastor anuncia que las concesiones no se prorrogarán y el consejero Josep Rull añade que la Generalitat hará lo mismo
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Parece mentira, pero en esta ocasión la ministra en funciones de Fomento, Ana Pastor, y el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull -que, normalmente, se comportan como el perro y el gato-, se han puesto de acuerdo. Ana Pastor, que es la niña de los ojos de Mariano Rajoy, ha anunciado que, si el PP continúa gobernando, las concesiones de las autopistas de peaje que vayan venciendo no se ampliarán y que los automovilistas podrán circular gratuitamente por esas vías. Por su parte, el consejero Josep Rull, exponente del ala socialdemócrata de CDC, ha dicho que hará lo mismo con las autopistas que son titularidad de la Generalitat.

¡Desde el año 1969!
¿Nos podemos fiar de la palabra dada por estos dos políticos? ¿Puede ser cierta tanta felicidad? Cataluña es un territorio especialmente martirizado por los peajes, que penalizan la mayoría de los grandes ejes viarios del país. Sólo el tramo de la autopista Barcelona-Terrassa (C-16) y el cinturón orbital de la B-30 (AP-7) se escapan de esta plaga, sea con los burots tragaperras o con los llamados peajes en la sombra.

El 2 de julio de 1969 se inauguró la primera autopista de pago en la península, la que enlaza Barcelona con Mataró. La concesión vencía en 2004, al cabo de los 35 años fijados… pero hoy el peaje todavía continúa plantado allá donde se erigió, para escarnio de todos los usuarios. La construcción de la prolongación de la autopista C-32 entre Mataró y Palafolls incluyó, de manera sorprendente, el mantenimiento de este peaje hasta el año 2021. Ahora, Josep Rull asegura que en cinco años la pata norte de la C-32 será del todo gratuita (la pata sur o autopista del Garraf tiene la concesión vigente hasta 2039).

Veremos qué pasará. Su antecesor en el cargo, Santi Vila, dejó cerrado un acuerdo con la concesionaria Abertis por el cual esta empresa se hacía cargo de las obras de construcción de la variante entre Blanes y Lloret, pero supeditaba esta inversión a la evolución futura del tránsito de la C-32, dejando la puerta abierta a una posible continuidad de los peajes del Maresme.

El granero electoral del PP
Los que sí que tienen cerca el fin de la pesadilla del azote de los peajes son los habitantes de las comarcas del sur de Cataluña. Concretamente, el 31 de diciembre del año 2019 se acaba la concesión del tramo de la autopista AP-7 o autopista del Mediterráneo entre l’Hospitalet de l’Infant (Baix Camp) y Alicante, que beneficiará a las comarcas del Ebro.

La ministra Ana Pastor, que sabe que el PP tiene un importante granero de votos en la Comunidad Valenciana -muy desmotivado últimamente por el estallido de la traca de casos de corrupción-, se ha encargado de pregonar a los cuatro vientos la buena nueva de que esta concesión, que explota la empresa Abertis, quedará extinguida cuando acabe y que la autopista del Mediterráneo, a su paso por las tierras valencianas, será gratuita.

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