Querella de un cliente del BBVA por falsificarle la firma

Un informe científico de los Mossos d'Esquadra demuestra que el perito judicial se equivocó
firma falsa mossos bbva
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La banca -por extraños caminos que no son siempre santos- tiene mucha mano en la justicia. Esta es la conclusión a la que ha llegado el abogado Jacint Soler Padrón después del «calvario» que los tribunales le han hecho pasar en su largo litigio, que mantiene, desde hace más de 10 años, con el BBVA. Jacint Soler Padrón era titular de un depósito en Privanza, la antigua división de banca privada del BBVA, y había confiado en los gestores de la entidad para que le movieran el dinero y, así, sacarle el mejor rendimiento posible. Resultado: «Perdí las 3/4 partes de los ahorros que había confiado a Privanza», explica, dolido, el abogado. Ante las evidencias de mala gestión y administración desleal, interpuso un procedimiento civil contra la entidad bancaria que acabó siendo archivado por el Tribunal Supremo. Fin del primer round.

Revisando a posteriori el sumario de este procedimiento, Jacint Soler Padrón se dio cuenta de que en muchos documentos entregados por el banco al juzgado figuraban unas firmas a su nombre que autorizaban las ruinosas operaciones de inversión hechas por los gestores de Privanza… pero que él nunca había estampado y que no reconocía como suyas (¡!). Con la mosca detrás de la oreja, pidió un dictamen a dos peritos caligráficas del Colegio de Abogados de Barcelona que ratificaron que su firma había sido falsificada y que, en consecuencia, el BBVA había suplantado su identidad sin su consentimiento. La sangre le hirvió de indignación y decidió volver a los tribunales.

Esta vez, con la presentación de una querella criminal contra el BBVA, que recayó en el Juzgado n. 24 de Barcelona. Para intentar aclarar el «misterio», el juez encargó un informe caligráfico al perito Jordi Bergé, que concluyó que no había falsificación y que todas las firmas eran, efectivamente, de Jacint Soler Padrón. En consecuencia, la causa fue archivada. Fin del segundo round.

Pero el abogado estaba convencido de que habían suplantado su identidad y, terco, presentó una segunda querella criminal, esta vez contra el perito Jordi Bergé, por falso testimonio, y contra el BBVA, por falsedad en documento mercantil. En este procedimiento, que instruye el Juzgado n. 32, el demandante solicitó un informe al laboratorio científico de los Mossos d’Esquadra para que resolviera, de una vez por todas, el «misterio» de las firmas presuntamente falsificadas.

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