La izquierda española está descubriendo estos días lo que la catalana ya hace años que sufre. Que los intereses nacionalistas pasan por delante de los sociales cuando los partidos ‘patriotas’ tienen que elegir entre unos y otros.
En Cataluña, un buen número de instituciones que podrían tener gobiernos de izquierdas están en manos de partidos independentistas siguiendo el argumento de que «primero, la independencia, y luego ya hablaremos». La Diputación de Barcelona, por ejemplo. Y muchísimos ayuntamientos. En la Generalitat, si ERC, PSC y Catalunya Sí que es Pot hubieran pactado para gobernarla, la derecha españolista y la catalanista habrían sumado sus votos para impedirlo. Pero ERC ya hace tiempo que está en otra pantalla. En otro cine, mejor dicho.
Ahora, en España, han descubierto que independentistas y españolistas tienen el mismo enemigo común. ERC y CDC (rebautizada circunstancialmente como Democràcia i Llibertat) han anunciado que votarán NO a un posible gobierno PSOE-Podemos si no se comprometen a apoyar el derecho de autodeterminación de Cataluña. Coincidirán, si llega a votarse esta opción en el Congreso de los Diputados, con la posición del PP y Ciudadanos.
¿Veremos la foto de los diputados del PP, Democràcia i Llibertat, ERC y Ciudadanos votando juntos en el Congreso?
El ex secretario general del PSC Pere Navarro recibió críticas e improperios de todo tipo por fotografiarse junto a los líderes del PP y Ciudadanos en algunos actos públicos.
Hay que suponer que muchos de los ciudadanos y dirigentes políticos de mentalidad progresista que apoyan o están a la sombra del independentismo que gobierna Cataluña tendrán problemas de conciencia, estos días, cuando vean que van de la mano del españolismo más rancio para impedir un gobierno de izquierdas en España.
