Según los ocho declarantes del juicio contra el asalto al madrileño centro cultural Blanquerna del 11 de septiembre de 2013, la acción de protesta fue espontánea y llevada a cabo contra el desafío independentista. El secretario nacional de comunicación de La Falange, Sergio Reguilón, ha declarado al tribunal que los hechos fueron «aquello que popularmente se conoce como un ‘escrache’«.
Hasta 15 acusados se enfrentan a penas de prisión que rondan los 4 años. El Ministerio Público les pide condenas por desórdenes públicos y daños, el resto de acusaciones suman delitos de amenazas, contra la autoridad, coacciones, injurias y ultraje a la senyera.
El dirigente de Democracia Nacional, Pablo Chaparro, ha declarado que no fue a Blanquerna con intención de delinquir, sino «por amor a España». «Mi condición de patriota me obligaba a estar ahí… era un acto de exaltación independentista«, ha dicho.
