Sé de un país que tiene un historiador como responsable de Economía

Quien haya tomado la decisión de responsabilizar a Oriol Junqueras de la gestión de la economía de Catalunya es un bromista o lleva malas intenciones. El presidente de ERC ha aportado al debate independentista las reflexiones y análisis más exóticos en el ámbito económico. De él salió la idea de amenazar a España con la posibilidad de parar Catalunya durante una semana. «¿Qué impacto tendría esto en el PIB español?», se preguntó, con aquella alegría, en una comparecencia en el Parlamento Europeo en noviembre de 2013.

Junqueras ha ido repitiendo a menudo antes y durante la campaña electoral que España roba cada año a Catalunya 16.000 millones de euros y que con ese dinero se podrían hacer un montón de escuelas, acabar con las listas de espera de medio mundo y pagar las farmacias dos veces, si hace falta. Estos 16.000 millones son una ficción que nadie defiende ya, ni siquiera el consejero que le ha traspasado la cartera de Economía, Andreu Mas-Colell.

Hasta ahora, podía tener más o menos gracia, pero no dejaba de ser parte del juego dialéctico de la política, donde se asume que la verdad no siempre se respeta por completo. Pero ahora Junqueras es el responsable de la gestión de la economía de Catalunya en nombre del Gobierno de la Generalitat. Hay pocos consejeros y ministros de Economía y Finanzas en el Planeta que no sean economistas. Él ni lo es ni ha estudiado nunca nada que se le parezca.

Si por aquellas cosas de la vida, Catalunya fuese independiente y formara parte de la Unión Europea, Oriol Junqueras sería nuestro representante en el Eurogrupo, el órgano donde coinciden los ministros de Economía y Finanzas de los países de la zona euro. ¿De qué hablaría en estas reuniones? ¿Con quién? ¿Quién lo escucharía?

Es cierto que hay economistas que más valdría que callaran y que en su mundo se suele decir que son muy buenos para analizar las crisis una vez ya han pasado pero muy malos para verlas venir. Y también es cierto que Christine Lagarde es abogada y no economista.

Quizás el mensaje que nos quiere hacer llegar el nuevo gobierno catalán es que para hacerlo tan mal como lo han hecho el Fondo Monetario Internacional o los economistas que han gestionado Europa en los últimos años, tanto da poner a un historiador al frente de nuestras finanzas.

Y en las facultades de Economía de las universidades catalanas, donde los profesores se rasgan las vestiduras ante el nombramiento de Junqueras, es necesario que tengan en cuenta que peor que Jordi Pujol no lo hará. Por cierto, Jordi Pujol era médico.

Curioso país el nuestro donde los médicos creaban bancos y los historiadores se encargan de gestionar nuestros impuestos.

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