Duran ya piensa en otras elecciones en 2016

Los democristianos saben que se llevarán un batacazo el 27-S, pero mantienen el sueño de conseguir grupo parlamentario propio y ser claves para formar mayorías
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Unió es la gran incógnita del 27-S. Su candidato a la presidencia de la Generalitat, Ramon Espadaler, se ha marcado el objetivo de conseguir grupo parlamentario, o sea, un mínimo de 5 diputados, pero, de momento, los sondeos les son adversos y no les dan más de 3, a pesar de contar con valiosos apoyos empresariales y mediáticos.

Según se explica en las altas esferas de Unió, el mejor de los sueños de Ramon Espadaler es convertirse en la clave de la futura mayoría parlamentaria y del gobierno: para eso haría falta que ninguno de los bloques posibles obtuviera la mayoría absoluta y que los democristianos tuvieran los escaños suficientes para imponer sus condiciones. Por ahora, puras fabulaciones.

En caso de obtener representación parlamentaria, los diputados que saque Unió pueden ser una anécdota o la clave de la mayoría, pero eso no dependerá de los méritos de los democristianos sino de la pura aritmética. Sus ex socios de Convergència no quieren ni pensar en la posibilidad de tenerse que arrodillar ante Duran.

Para prepararse anímicamente para el previsible batacazo electoral, Duran explica a su círculo de fieles que las elecciones importantes no son las del 27-S sino los dos comicios que vendrán a continuación: las elecciones generales, en las que el propio Duran se podría presentar como cabeza de lista, y unas nuevas elecciones catalanas que prevé para el año próximo porque da por hecho que la situación que se desencadenará después del 27 de septiembre será de ingobernabilidad.

Entonces cree Duran que llegará el gran momento de Unió. Por primera vez desde 1978, Unió participará en unas elecciones en solitario en las que quedará claro su potencial político. No llega a estos comicios en las mejores condiciones, a pesar de que, de hace tiempos, Duran Lleida se estaba preparando para dar el salto.

En noviembre del año pasado nació la plataforma Construïm, con el objetivo de aglutinar catalanistas moderados, pero el proyecto se ha ido a pique sin que se hayan explicado realmente sus intenciones. Después, el pasado mes de junio, Unió convocó a la militancia a una consulta interna con una demencial pregunta sobre el futuro de Catalunya en la que se impusieron, por poco, los partidarios de Duran Lleida.

Esta consulta sirvió para que Unió emprendiera el camino en solitario y para descubrir que sólo contaba con 4.000 afiliados, que ahora serán muchos menos por las fugas.

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