El abogado penalista Joan Piqué Vidal se ha querido desvincular, este lunes en la comisión parlamentaria que investiga el fraude y la corrupción, de la sombra que lo persigue como enlace del ‘pujolismo’ en los tribunales. Ha hecho repetir las preguntas constantemente a los diputados y ha insistido en su edad avanzada para justificar una desmemoria que, en algún momento, ha sacado de quicio a algunos parlamentarios. Ha rechazado, amparándose en el secreto profesional, contestar ninguna pregunta relacionada con el empresario Javier De Rosa, con quien «sólo he tenido una relación profesional».
«¿Le han sorprendido los casos ligados a la financiación ilícita de CiU?», ha preguntado la diputada de la CUP. «Sí, me sorprende cuando veo una cosa de financiación ilegal. Voy con el lirio en la mano y me pienso que tal como van los partidos se tienen que financiar por ellos y no irregularmente», ha replicado el abogado, quien ha reaccionado con energía cuando Vallet le ha pedido que no se «burlara» de los diputados. «Ni CiU, ni la administración catalana me ha dado ninguno otro tema que Banca Catalana. Y no cobré por ese. Una cena. Nada más. Por lo tanto, simpatía ninguna. Frialdad», ha espetado.
Piqué Vidal ha asegurado que casi no tuvo relación con el expresidente durante el proceso de Banca Catalana, «las relaciones las tenía con el señor Prenafeta», ni ha hecho tratos con ninguno de los hijos de Pujol Ferrusola. «Si tanta relación decían que tenía, me habría hecho de Convergència o de Unió. Pero ellos no me dieron ni las gracias por Banca Catalana. Una cena», ha dicho Piqué Vidal, para opinar sobre la situación de la familia del expresidente: «No es muy elegante que algunos hijos del señor Pujol estén inmersos en procesos. No es elegante. No es nada ético. Pero el hecho que te pongan una denuncia o una querella no quiere decir que seas culpable».
Piqué Vidal ha reconocido que hizo de intermediario para facilitar dos pisos a dos de los magistrados que exculparon a Pujol del caso Banca Catalana, pero ha negado que fueran suyos.
Ha explicado como facilitó el pago de 25 millones de pesetas al juez Estevill por parte de un empresario, y se ha despachado contra el juez. «Era odiado por muchísima gente y tuvimos la suerte que lo enviaran al CGPJ». Ha dicho que lo condenaron por soborno a empresarios por una mentira de Estivill. «Un juez que asusta a la gente, cuanto más lejos esté de Barcelona mejor. Pero yo no tenía influencia política. Me di cuenta cuando lo leí», ha dicho.
No ha recordado nada de los 70 millones que supuestamente pagó para quitar responsabilidades a algunos directivos por el accidente en la nuclear de Vandellós. No ha aclarado nada del ‘holding Gran Tibidabo‘, ni del supuesto soborno pagado en el caso Casinos, primer caso de corrupción que salpicó a CiU… Ha dicho que nunca ha tenido dinero en el extranjero y que no ayudó a blanquear dinero por el caso Cirsa.
La influencia de Piqué Vidal sobre la judicatura ha sido tan grande que en un juicio de diez minutos, después de 11 años de instrucción, consiguió que la Fiscal Carmen Ballester entrara en la sala pidiéndole nueve años de prisión paor dirigir una organización criminal de narcotráfico, y saliera pidiéndole sólo un año. Piqué aceptó y se declaró culpable de haber blanqueado dinero proveniente del cártel de la droga de Sinaloa.
