Los partidos políticos con representación parlamentaria viven, fundamentalmente, de las subvenciones que reciben de los presupuestos públicos y de los préstamos que les conceden las entidades bancarias. Así lo refleja el último informe que ha emitido el Tribunal de Cuentas (TC) sobre la financiación de las formaciones políticas españolas correspondiente a 2012.
En conjunto, los 36 partidos y coaliciones electorales ingresaron, durante el ejercicio analizado, un total de 389,6 millones de euros. La mayor parte de los ingresos -273,1 millones- proceden de subvenciones concedidas por las diferentes administraciones del Estado (Gobierno central, comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos…) y el resto -116,7 millones- de las cuotas, aportaciones y donaciones particulares, ya sea de militantes, cargos electos o empresas. El PP y el PSOE encabezan, con diferencia, el ranking de las subvenciones: el partido de Mariano Rajoy recibió aquel año un total de 105 millones de euros de ayudas públicas, mientras que los socialistas -incluyendo al PSC– sumaron 82,2 millones.
Casi tan importantes como las subvenciones oficiales son los créditos concedidos por la banca a los partidos políticos. A 31 de diciembre de 2012, la deuda viva de los partidos con las entidades financieras era de 237,6 millones de euros. Vuelven a destacar, en ese sentido, el PP (54,3 millones en préstamos) y el PSOE y PSC (82,5 millones). Por su parte, la federación CiU, a pesar de que sólo opera en Catalunya, arrastra una deuda bancaria de 30,3 millones y la izquierda más cañera también está entrampada hasta el cuello con los poderes financieros: en conjunto, IU e ICV deben de 29,4 millones de euros a la banca. En cambio, los créditos vivos de Esquerra Republicana no llegan a los dos millones de euros.
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