En Catalunya, el independentismo siempre ha sido, históricamente, muy minoritario. Si nos situamos en el momento de la muerte de Franco, sólo había el PSAN, el PSAN (p), el Front Nacional y Estat Català -todos ellos con una representación marginal- que propugnaban abiertamente en sus programas la escisión de Catalunya y/o de los Países Catalanes. Otros, como Esquerra Republicana, el PSC y el PSUC se quedaban en la frontera del reconocimiento constitucional del derecho a la autodeterminación de los pueblos.
¿Qué ha pasado para que, 40 años después, el anhelo de la independencia haya conquistado el corazón de una parte significativa de la opinión pública catalana? Fundamentalmente, tres cosas:
1. La estafa que significó el recorte del nuevo Estatuto, refrendado por el pueblo de Catalunya, por parte del Tribunal Constitucional y la desaforada hostilidad del PP hacia el proyecto de reforma impulsado por el presidente Pasqual Maragall
2. Una feroz crisis económica que ha destrozado la base económica de Catalunya y ha forzado la emigración al extranjero de miles de catalanes, profesionalmente muy formados
3. El viraje de CDC hacia el independentismo, movido por la generación de «talibanes» que han ocupado puestos clave en la dirección del partido y por los problemas judiciales de corrupción que afectan a la familia Pujol (caso ITV, caso Jordi Pujol Jr…), Artur Mas (las cuentas de Liechtenstein) y la estructura del partido (caso Millet)
No se explica el impulso que ha experimentado el independentismo en Catalunya en los últimos tres años sin la enorme cobertura mediática que se le da. Pero aquí hay trampa. Tanto TV3 y Catalunya Ràdio como el resto de medios de comunicación privados han recibido y reciben un chorro de subvenciones desde el departamento de Presidencia de la Generalitat que, sin duda, influyen en el seguidismo hooligan que hacen de las tácticas y estrategias de CDC.
Pero, afortunadamente, Catalunya no es CDC y hay gente que no está particularmente dolida por la imputación de Oriol Pujol, por las investigaciones sobre Jordi Pujol Jr., las cuentas de Artur Mas en paraísos fiscales o la persecución judicial de la trama Millet. Al contrario, creen que el independentismo es un proyecto político alocado que fractura la sociedad catalana y que dirige al país a la ruina económica, con la previsible deslocalización masiva de empresas.
La gente que toma decisiones en Catalunya y que no comulga con la intoxicación secesionista ya ha empezado a reaccionar y es evidente que su respuesta irá in crescendo en los próximos días y semanas. De momento, ya se han producido cuatro hechos remarcables en esta dirección:
1. La destitución de José Antich como director de La Vanguardia y su sustitución por Màrius Carol
2. La negativa del PSC a continuar siendo «compañero de viaje» de Artur Mas y de Oriol Junqueras en el mareante trayecto hacia Itaca
3. El anuncio de Josep Antoni Duran Lleida que está dispuesto a romper con CDC y a presentarse como cabeza de cartel en próximas elecciones
4. La segunda imputación judicial de Oriol Pujol y de su mujer, Anna Vidal Maragall (de la familia Maragall), en el caso de las ITV
Tres preguntas al viento que acompañan esta contraofensiva antisecesionista y que dan pistas:
1. ¿Qué pasará con el diario Ara, que paga el hijo de Leopoldo Rodés, miembro del consejo de administración de Caixabank?
2. ¿Qué pasará con la investigación abierta en la Audiencia Nacional sobre los trapicheos económicos de Jordi Pujol Jr.? ¿Será citada a declarar Marta Ferrusola?
3. ¿Cuánto vale el silencio de Fèlix Millet? ¿Acabará confesando y hablando por los codos a cambio de beneficios judiciales por su arrepentimiento repentino?
Hay quienes piensan que la hora del patio ya se ha acabado en Catalunya y que es hora de volver a clase a estudiar y a hacer los deberes.
¿Joan-Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura? Víctimas colaterales de la contraofensiva
¿Àngel Ros? El más listo de todos. Incluso puede aspirar a ser presidente de la Generalitat
¿Serán Esquerra Republicana y Oriol Junqueras los grandes beneficiarios del batacazo electoral de CDC? Si no tocan poltrona, no tienen dinero para hacer grandes campañas ni para subvencionar medios de comunicación afines, ergo no dan miedo.
