La construcción de una pista de aterrizaje de helicópteros en el peñón de Alhucemas, a 700 metros de las costas marroquíes. El pasado viernes, según informa el diario Norteafrica.com, dos barcos de la Marina Real marroquí conminaron a un destacamento militar español -formado por un teniente, un sargento y doce soldados- que parara las obras que estaban realizando para condicionar el helipuerto, toda vez que no tenían permiso. Después de las consultas pertinentes, la Comandancia Militar de Melilla ordenó la paralización de los trabajos y la retirada del destacamento.
La publicación de esta información -confirmada por medios de comunicación marroquíes- ha provocado muchos quebraderos de cabeza al diario Norteafrica.com, que, según su director, ha recibido amenazas y ataques de ‘hackers’ contra su web.
El islote de Alhucemas tiene una superficie de 170 metros de largo por 86 de ancho y está custodiado por una dotación del regimiento de artillería mixto n. 32 del ejército español. Como las otras posesiones españolas en el norte de África -la isla Perejil, Ceuta, el peñón de Vélez de la Gomera, Melilla y las islas Chafarinas-, este islote es reclamado por Marruecos como territorio de su soberanía.
El último incidente territorial entre ambos países se produjo en 2002, cuando soldados marroquíes ocuparon el islote deshabitado de Perejil. Días después, el ministro de Defensa, Federico Trillo, envió tropas para «reconquistarla». El conflicto se cerró pacíficamente con la mediación de los Estados Unidos.
