Sati, otrora emblema del sector textil catalán, se deshace en trozos mientras el administrador concursal negocia con los trabajadores el ERE de extinción de contrato. La crisis y la aparición de grandes multinacionales han acabado con esta empresa que ha acumulado una deuda de 47 millones de euros en los últimos cinco años.
Por un lado, la empresa francesa Mortelecque ha ofrecido 1,5 millones de euros por el área de tejidos técnico y mantener el contrato de 37 trabajadores, condiciones aceptadas por el administrador concursal y los sindicatos. La otra oferta recibida, de la empresa Mercagaya, pretende quedarse con el área de tejidos de decoración a cambio de 900.000 euros y la subrogación del contrato de 50 trabajadores, cuando la división cuenta con 190 empleados. Esta oferta, que fue rechazada por los sindicatos, ha provocado la ruptura de las negociaciones entre asalariados y la jueza mercantil, quien le dio el visto bueno.
Los sindicatos denuncian que desde el año 2009 llevan sufriendo ERES temporales que les han restado meses de cotización de la prestación de desempleo y que la media de edad en la empresa se sitúa en los 50 años, por lo que será muy difícil la recolocación de los despedidos. Isabel Alonso, delegada de UGT en Sati, ha declarado a EL TRIANGLE que la situación interna en la empresa es «muy tensa». Según fuentes de CCOO, la compensación de estos meses de cotización perdidos es uno de los principales puntos de conflicto en las negociaciones, pues los trabajadores quieren que se les compense por el esfuerzo.
Este viernes los trabajadores marchan desde la puerta de la empresa hasta el Ayuntamiento de La Garriga, localidad donde se halla la fábrica, para protestar por los «injustos» despidos que planean sobre la mayor parte de los trabajadores de la histórica empresa catalana, a los que se adeudan dos meses correspondientes a dos pagas extraordinarias. Según fuentes de CCOO, el próximo lunes reemprenderán las negociaciones que tienen fecha de caducidad el 16 de este mes.
Los representantes sindicales reconocen la grave situación de la empresa, pero no entienden cómo la Generalitat hizo un estudio en 2011 y concluyó que la empresa era viable, por lo que en 2012 le concedió una ayuda de 2,5 millones de euros del Fondo de Rescate Industrial Avança. A cambio se presentó un plan de viabilidad que conllevó un ERE sobre 48 trabajadores. Los propietarios entonces aun eran los hermanos Fisas, que han dirigido la empresa creada por su padre hace 50 años; pero que hace unos meses presentaron el concurso de acreedores y desaparecieron del medio.
Los hermanos Fisas
De la gestión se encargaba Pablo, el pequeño. Su hermano mayor, Santiago, es un reconocido miembro del PP, actualmente europarlamentario y muy estrechamente relacionado con Esperanza Aguirre, quien le nombró secretario de estado para el deporte en el primer gobierno de José María Aznar. En 1999 se presentó a la alcaldía de Barcelona. Dejó su puesto como concejal en el Ayuntamiento barcelonés tras ser nombrado vicepresidente primero del Comité Olímpico Español (COE).
Curiosamente, Santiago Fisas pasó en cinco años de candidato a la alcaldía de Barcelona a Consejero de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre. En 2009 abandonó el cargo para concurrir en las elecciones europeas. Desde entonces ocupa un sillón en el Parlamento europeo.
