La subdelegación del Gobierno en Castellón ha prohibido la entrada de la cadena humana independentista en el País Valencià, alegando que existe un peligro «real» por la integridad física de los manifestantes. Acció Cultural del País Valencià (ACPV) ya ha anunciado que mantiene la convocatoria a pesar de que tendrá que trasladar el tramo valenciano hasta suelo catalán, concretamente a Alcanar.
ACPV ha informado que hace una semana la subdelegación del Gobierno confirmó que no había ningún problema para celebrar la cadena en Vinaròs, pero a dos días de la Diada se ha tirado atrás por los problemas de tráfico que pueda causar. La Guardia Civil que es quien ha emitido el informe contra la convocatoria, asegura que la concentración podría provocar graves retenciones.
El instituto armado admite que el tráfico podría ser desviado, pero apunta que muchas fincas y negocios podrían «adoptar una actitud hostil contra los manifestantes de la cadena humana» si se ven perjudicados. La Guardia Civil descarta igualmente mantener la Vía Catalana por la N-340 argumentando que es un acto donde participan niños y podría haber atropellos.
Acció Cultural lamenta «la negativa a cualquier tipo de diálogo o posible alternativa» y anuncia que la convocatoria se traslada como «denuncia de la censura y de defensa de la democracia y de los derechos de reunión y manifestación». «Lamentablemente, la delegación del gobierno español se ha mostrado absolutamente cerrada, negándose a cualquier tipo de diálogo o posible alternativa, cosa que hace pensar que la decisión de la prohibición está motivada políticamente«.
La vía catalana tenía que entrar en el País Valencià por Vinaròs. Estaba previsto que el primer eslabón valenciano fuera el compositor Carles Santos, seguido de la familia de Guillem Agulló, que fue asesinado hace 20 años en un municipio de la provincia de Castellón por un grupo de extrema derecha.
