La elevada tasa de paro juvenil, un 56,1%, deja pocas opciones de futuro para los jóvenes españoles, muchos de los cuales están decidiendo ganarse la vida fuera de nuestras fronteras. Para aquellos que conservan el trabajo, las perspectivas profesionales tampoco son muy estimulantes. Según el informe presentado este martes por el Consejo de la Juventud, más de la mitad de los jóvenes ocupados (el 54% entre 16 y 29 años y el 56% entre 30 y 34) están sobrequalificats, es decir, trabajan por debajo de su nivel de estudios.
España no es país para jóvenes. La mitad no trabajan y la mitad de los que trabajan no pueden aspirar a un trabajo de acuerdo con su calificación académica. Por eso, no causa extrañeza que 40.000 jóvenes se hayan marchado al extranjero en el primer trimestre del 2013, según ha indicado Sheyla Suárez del Consejo de la Juventud, que ha presentado el informe.
La situación genera una pérdida fatal de expectativas y ante la dificultad de encontrar un empleo, según ha destacado Suárez, «muchas personas jóvenes han desaparecido del mercado laboral y no hacen ninguna gestión para buscar un puesto de trabajo». Se vuelve a la vida académica como refugio, porque no hay alternativa. Así, un 84% de los inactivos hasta los 29 años declaran que están estudiando.
Todo esto hace que tener casa propia sea toda una utopía. El informe destaca que los ingresos necesarios para comprar una vivienda superan el 80% del sueldo medio de un joven entre 16 y 29 años. Así, sólo dos de cada diez jóvenes han conseguido emanciparse, un dato que decrece año tras año desde que estalló la crisis en 2008.
