El guardia civil que dirigió el registro a la consejería de Exteriores, en la Vía Laietana, el 20S ha declarado en el juicio del proceso que aquel día temió que hubiera un "asalto" al edificio por parte de la gente que protestaba afuera.
El sargento ha descrito un registro terrible propio de un escenario apocalíptico. Ha utilizado terminología como "violencia", "devastar", "rabia", "agitar la masa", "tumulto" o "asaltar". Incluso ha hablado de amenazas de muerte y de "terror total".
El testigo ha dicho que decidieron evacuar a la secretaria judicial por el riesgo de un "asalto" de la gente al edificio y que pidió refuerzos a los Mossos y le respondieron que los antidisturbios no podían ir porque tenían otras tareas en Barcelona.
El testigo ha explicado que la secretaria judicial estaba "horrorizada", incluso que había llorado, y que, en el siguiente registro en qué participó, comentaron que había llegado "en un estado de nervios terrible" y que había salido del vehículo "temblando".
El agente que pertenece a la brigada de Información, y especializado en grandes casos de narcotráfico, ha acusado Carme Forcadell de acercarse con el coche oficial a la sede y saludar con la mano para "agitar a la gente".
La abogada de la expresidenta del Parlamento, Olga Arderiu, ha pedido que se recordara al testigo que estaba bajo juramento porque observaba una contradicción. En concreto, que Forcadell pudiera llegar en un vehículo oficial, si la calle estaba cortada. El testigo ha acabado explicando que la gente le abrió paso.
Cuando Arderiu le ha preguntado por qué no hizo constar este hecho en su declaración 8 días después de los hechos, y lo hace un año y medio después, la respuesta del guardia civil ha sido: "Me ha salido ahora".
