La aplicación del artículo 155 de la Constitución se está alargando, atendido el desacuerdo manifiesto entre los independentistas para pactar una investidura y una hoja de ruta para el gobierno. Tanto es así que la fuerza con que el delegado del gobierno español, Enric Millo, defendía sus efectos y la intervención de la Generalitat, ha ido menguando.
Y es que fuentes cercanas al dirigente popular aseguran que Millo empieza a estar moralmente tocado por algunos de los comentarios que recibe desde que capitanea la intervención de la Generalitat junto con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. De hecho, las acusaciones de estar intentando «usurpar» el papel de la Generalitat y su presidente son las que más le pesan. Según parece, él mismo admite que tanto de tiempo de 155 está malogrando su imagen
