Enrique Gheron, de 76 años, murió el día de Navidad, cuatro horas después de ingresar por un infarto en el Hospital Joan XXIII de Tarragona, donde no lo pudieron atender en la Unidad de Hemodinàmica porque estaba cerrada. Murió en el trayecto, de 90 kilómetros, durante el traslado a Bellvitge.
El centro tarraconense, que depende del ICS, ha abierto un expediente informativo para aclarar el suceso. La viuda se plantea denunciar a la Generalitat. Los sindicatos han cargado con fuerza contra la gestión del hospital público, que abre la Unidad de 08h a 20h, y han reclamado la apertura las 24h para que no se repita otro suceso que consideran «totalmente evitable».
«Las 12 horas en que no funciona Hemodinàmica se está dejando de atender al 58% de los IAM con elevación de ST de ciudadanos que se pueden ver afectados por códigos de infarto, lo cual supone un agravio comparativo en relación a los ciudadanos que viven en el área de influencia de hospitales con atención durante las 24 horas», dicen los sindicatos, que piden responsabilidades.
Lamentan que el cierre, las mesas informativas y recogida de firmas y entrega al Departamento de Sanidad de la Generalitat de más de 16.000 consiguieran la ampliación del horario pero no su apertura indefinida.
Más contundente, la Candidatura Autónoma de Trabajadoras de la Administración de Cataluña – Coordinadora de Trabajadores de la Sanidad Joan XXIII (Catac-cts) ha escrito a su cuenta de twitter: «Queda claro que los recortes matan, queda claro que quién recorta en salud mata, y quien mata tiene un nombre» #asesinos. Y minutos después: «El consejero Boi Ruiz tendría que presentar la dimisión inmediatamente, ya por dignidad y poca vergüenza e ir una buena temporada a la prisión».
