Saber perder

Bluesky

Creía Jorge Luis Borges “que con el tiempo mereceremos no tener gobierno”. Ya adelanto que ese tiempo aún no ha llegado. Por lo tanto, del galimatías del 12-M debería salir un gobierno más o menos apañado. También anticipo que no parece tarea fácil, pero nunca nadie antes dijo que lo fuera.

El socialista Salvador Illa ha ganado las elecciones, eso está claro; pero, como nos ha recordado alto y claro Carles Puigdemont, ganar no es sinónimo de mandar, y pone ejemplos: Alberto Núñez Feijóo ganó en España, pero manda Pedro Sánchez, y Xavier Trias ganó en Barcelona, pero manda Jaume Collboni. Siendo cierto esto, tampoco nos equivoquemos y queramos convertir la acepción en regla, a menudo también ocurre que quien gana manda.

Llama la atención la amenaza, nada velada, que deja caer a Puigdemont: Si Illa accede al poder de la mano del PP, Junts retirará el apoyo a Sánchez. Tiene derecho, faltaría más, lo que parece contradictorio es que, para castigar la intromisión de los populares en la elección de Illa, premie a Feijóo facilitándole el acceso al gobierno español.

Sin embargo, la vida misma está llena de contradicciones. Que se lo pregunten si no a la candidata de los Comuns, Jèssica Albiach, que no quiso, legítimamente, aprobar unos presupuestos que ERC había pactado con el PSC, y no lo hizo por oposición a un proyecto que los socialistas imponían a los republicanos, los casinos del Hard Rock. Aquello, última gota que derramó el vaso de la paciencia del presidente Pere Aragonès, forzó el adelanto electoral, con los resultados que ya todos conocemos, muy malos para ERC y malos para los Comuns. Pues bien, ahora Albiach propone hacer presidente a Illa, el del Hard Rock.

También llama poderosamente la atención la exigencia de unidad que Puigdemont lanza a ERC. Una unidad necesaria, aunque insuficiente, para su gobierno de “obediencia catalana”, presuntamente “sólido”. El expresidente quiere que ERC le ayude a hacer gobierno y a salir nuevamente elegido presidente de la Generalitat, todo ello un tiempo después, insuficiente para olvidar, que Junts plantara el gobierno de Aragonès, dejándolo en minoría.

Y, mientras, Aragonès anuncia su retirada, en asunción de responsabilidades por el descalabro electoral de ERC. Es probablemente uno de los gestos más honorables de los últimos tiempos. Al que se ha sumado la secretaria general del partido, Marta Rovira, y, a regañadientes y empujado por las circunstancias, el presidente republicano, Oriol Junqueras. Satisface comprobar que en este país todavía hay alguien que sabe perder. Ojalá cundiera el ejemplo…

(Visited 98 times, 1 visits today)

HOY DESTACAMOS

Deja un comentario